El sábado por la noche en un canal de noticias muestran la imagen de un joven playero de una estación de Servicio Puma que feliz estaba terminando su turno, ansioso por volver a su hogar donde lo aguardaban como cada noche su amada mujer y su pequeño hijo para culminar la jornada los tres abrazados en la cama.

La felicidad del playero rosarino acaba trágicamente ya que de la nada surge un sicario que casi sin mirar a su víctima lo lo mata en tres segundos.

El playero se llamaba Bruno Bussanich tenía 25 años. Era hincha de Rosario Central, le gustaba el Indio Solari y estaba en pareja con Jimena, con quien había formado una familia. El sábado por la noche estaba trabajando como playero en una estación de servicio en la zona oeste de Rosario, Santa Fe, ubicada en Mendoza al 7600, cuando un sicario entró a la oficina pasadas las 23.30 y lo mató a balazos. Recibió al menos tres disparos, dos en el pecho y uno en la cabeza.

Seguramente el criminal cumplió la orden de los narcos de asesinar a un rosarino inocente por día como lo vienen haciendo puntillosamente.

Esta tragedia debe acabar seria y rápidamente, la gente no sale de las casas, tienen miedo de morir, padecimiento espantoso.