El mundo de las tinieblas o el de la luz, el de las sombras o el de la verdad, el mundo sensible o el real.- La cuestión precedente es planteada por Platón en su famosa alegoría de la caverna. Allí nosotros, los individuos que integramos la sociedad, aparecemos en principio en un mundo de tinieblas, con las manos atadas a la espaldo, impedidos de movernos, la mirada fija en una pared donde se repiten una y otra vez imágenes que creemos que son reales, cuando no son más que reflejos, fantasías, que deforman nuestra apreciación pero que no nos atrevemos a concebirlas como falsas.- Es una imposición invencible, esa es toda nuestra verdad y nos encontramos lo suficientemente sometidos como para dudar de ella, sin animarnos nunca a romper las ataduras e investigar acerca de esa luz que se aprecia en la boca de la caverna ni el origen de los sonidos que provienen del exterior. Si uno de los prisioneros, cualquiera de nosotros, se libera, se dirige hacia la boca de la caverna,
paulatinamente va apreciando el mundo exterior, el sol, el cielo, las aves, el agua.- Poco a poco se va a acostumbrando a ese reino nuevo y delicioso y se deslumbra por las bondades y dones de la naturaleza, se encuentra con los elementos necesarios para desarrollar su potencialidad, aprende los beneficios de la luz y comprende definitivamente que la caverna es un reino de penumbras, una ficción donde el hombre, los hombres, permanecen en un estado primitivo sin ninguna opción.-. Convencido de ello vuelve a la caverna donde están sus compañeros para contarles lo que ha visto, lo que ha sucedido, las maravillas del mundo exterior, les cuenta del sol, del cielo, de las aves, del agua. Los prisioneros, nosotros, desconfiamos del libertador, decimos de su locura y hasta llegamos a matarlo continuando en nuestra prisión viendo en la pared las repetidas y habituales imagines que nos dan seguridad y nos mantienen sojuzgados. En definitiva nosotros mismos elegimos ser prisioneros, mantenernos en el desconocimiento en vez de afrontar la aventura de descubrir la plenitud de nuestras potencialidades lo cual llegará por medio de la educación que nos proporcionará conocimiento y por su intermedio llegaremos a gozar de los beneficios de la libertad. En esta alegoría esta reflejada el gran drama de aquellos pueblos que relegan la educación de sus habitantes, se desentienden de ella, y la sociedad se mantiene sumergida en la pobreza y el atraso.- La educación ha de ser el gran motor para el desarrollo, es la llave mágica para abrir todos los caminos hacia el progreso y allí debe centrarse el núcleo de las inversiones.- No podemos pensar en un futuro si postergamos la educación que debe ser eficiente y de calidad, no un mero formalismo donde una parte simule enseñar y la otra simule aprender, tal como se pone de manifiesto en un libro de reciente edición. (1) El gran desafío de este momento es salir de las tinieblas, del mundo sensible de Platón y acceder al mundo real, desarrollar a través de la educación todas nuestras aptitudes y de esa manera seremos auténticamente libres. Tendremos un pensamiento propio, actuaremos según nuestra voluntad, habremos roto las cadenas de la dependencia que genera la ignorancia podremos hacer valer nuestros derechos sin necesidad de la intervención de ningún tercero interesado, actuaremos las instituciones y seremos definitivamente dueños exclusivos y excluyentes de nuestras vidas, de nuestras ideas, de nuestro destino.- (1) El poder, como usarlo en beneficio de América Latina, de Dick Morris y Luis Rosales |