Ayer por la tarde, casi llegando la noche, me entero que el Gobierno Nacional en otra decisión incomprensible decidió por decreto de presidencia asumir la titularidad del predio de la Sociedad Rural Argentina sito en Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el fin aparente de realizar allí la feria del libro y convertirlo en el lugar donde se instalará Tecnópolis y otros emprendimientos que la Presidente decida en su momento.
Las primaveras visitando la Rural era una enraizada costumbre de propios y extranjeros que en mi caso particular se instaló como un evento feliz en mis sesenta y cinco años de vida.
Allí acudía a ver el campo que habia llegado generoso y alegre a la urbe gris y era un puñado de días de guardapolvos blancos, de tardes de sol para veteranos y bellas damas, de pochoclos y risas con los viejos, y mil novedades que aparecían deslumbrando bvaquí y allá.
Ya no va a ser más, la Presidente en ejercicio de su poder omnímodo, resolvió su expropiación por irregularidades mediante un duro decreto que deja sin efecto otro decreto decisión que llenó de nostálgica tristeza a mucha gente entre ellos a mí.
Desistí de tratar de entender porque el gobierno actúa en su propio perjuicio, abriendo frentes aquí y allá, propuesto empecinadamente a modificar el estilo de vida de los argentinos que votó a la Presidente para que concretara obras relevantes y no para llenarnos de palabras, tropiezos y tristezas.
Estoy harto del "todos y todas", con decir "todos" es suficiente y con respecto a las diarias malas noticias sucede porque los gobernantes nacionales y provinciales se han dedicado a enriquecerse en lugar de utilizar el poder que le ha dado el pueblo de buena fe para crecer y procurar el bienestar general, sin discriminación, sin censura, sin demagogia, con obras, trabajo duro y responsabilidad.
Suele decirse no se queje si no se queja, y yo me quejo, con buenos deseos no se resuelven las cosas. Hay que desterrar el nepotismo y la corrupción que posterga a los idóneos por los amigos y referentes.
No puede ser que se designe en la embajada de EE.UU a una joven estudiante de las tres que tenía la cátedra de economía marxista, dictada por el viceministro Kiciloff, en reemplazo de un hombre como Arguello que aunque discrepe con sus ideas tenía trayectoria y experiencia, no se puede expropiar de la manera que se le antoje a alguien la Sociedad Rural Argentina quebrando una tradición de toda la vida, es inaudito que se le dé orden de no actuar a la policía cuando los vándalos están destrozando propiedad pública y privada, no es posible que se siga adoctrinando a los niños en las escuelas, que en el interior debamos morir ante la primer dolencia por la precariedad de los hospitales, que la inseguridad se haya instalado para quedarse, que la justicia sirva para darle razón al gobierno sus representantes, frates y parientes, que el Gobierno Nacional se empecine, como chico malcriado, en silenciar todas las voces para que únicamente se escuche la oficial para lo cual no duda en avasallar y someter a presiones al Poder Judicial hasta límites inconcebible con una Ley de Medios absolutamente inconstitucional. Es más, no es necesario modificar nada en lo que hace a medios audiovisuales, la gente no quiere la dictadura, ansía volver a la democracia republicana y nuestra tradicional forma de vida que los montoneros nos están robando.
Los miembros del Gobierno Nacional están profundamente confundidos. La inclusión que alegan es pura exclusión, los saqueos lo demuestran. No hay un política económica seria sólo un montón de improvisados que han llevado a YPF a valer un tercio del precio que tenía cuando fue estatizada, que como Aerolíneas Argentinas financian los malos negocios con dinero del ANSES, que nadie invierte porque perdimos toda credibilidad, que lo sucedido en Bariloche y otros lares fue por hambre, porque estamos convirtiéndonos en Cuba, Venezuela, porque no hay trabajo.
El gobierno Nacional y los kirchneristas sumisos y obedientes deben terminar con el asunto de la Ley de Medios, de arruinar el país para beneficiar a los jóvenes montoneros de hoy como La Campora y otros, que se satisfagan las verdaderas necesidades como seguridad, salud, educación, justicia, trabajo, y demás carencias simples pero imprescindibles para el hombre da a pie. Argentina quiere volver a ser una República con plena vigencia de la división de poderes, con libertad y respeto a la propiedad, no quiere retornar al nefasto pasado de los años 70. Porque se hartó de tanta mentira, de tanta arrogancia, de mucho para pocos y malos de la soberbia autista que enceguece.
Que de una vez por todas lo esencial no sea invisible a los ojos |