Escrito por hector luis manchini
|
Viernes, 03 de Diciembre de 2021 14:03 |
La justicia argentina ha perdido credibilidad en tanto con demasiada asiduidad se dictan fallos que no aplican la ley cuando el imputado es indudablemente poderoso intentando el magistrado ahorrarse problemas innecesarios.
Sobre el particular Alberdi decía que el miedo que hacia que los jueces olvidaran la necesidad de fallar de manera independiente se provocaba por la ausencia de libertad de ser desagradable al que gobierna sin riesgo de perder la vida, el honor, los bienes.
Si bien es cierto que los jueces independientes siempre son incómodos, aquel funcionario que decide asumir las responsabilidades pertinentes también lleva con naturalidad la decisión de salvar cualquier obstáculo e incluso llegado el caso enfrentar aprietes o amenazas llegando incluso a aplicar las sanciones que correspondan, haciendo valer los principios esenciales que hacen al rol del magistrado, esto es, con la convicción de que la verdadera justicia solo puede ser independiente.
Sin duda que ejercer estrictamente las exigencias de este trabajo puede generar el riesgo de que el juez con valores se convierta en un hombre rodeado de soledad al menos en la ciudad donde ejerce su jurisdicción, pues como afirma Couture «De la dignidad del juez depende la dignidad del derecho. El derecho valdrá en un país y en un momento determinado, lo que valgan los jueces como hombres, el día en que los jueces tienen miedo, ningún ciudadano podrá dormir tranquilo».
Téngase presente. |
Última actualización el Viernes, 03 de Diciembre de 2021 14:06 |