En mis lejanas épocas de estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en los primeros años de la década del setenta, el profesor Julio López del  Carril a cargo de la cátedra de Derecho de Familia insistía en destacar que la instalación del divorcio vincular provocaría la multiplicidad de vínculos, confusión entre hijos y progenitores, disolución de la familia  y como secuela el flagelo de los abusos sexuales ya que en algún  momento podría formarse pareja con un individuo sin reparos o límites y así los hijos de otras parejas quedaban a merced del abusador . Era como dejar al lobo cuidando las gallinas.

Permanentemente se instaba a no cejar en el fortalecimiento de la familia atendiendo a que era la célula básica de la sociedad. Un tesoro preciado que cuidar y así abogaba por el mantenimiento del divorcio sin la potestad de contraer nuevo matrimonio.
El tiempo pasó, la vida cambió, se consagró el divorcio vincular, las uniones matrimoniales se hicieron cada vez más fugaces, los vínculos de pareja se fueron multiplicando y la profecía no querida se hizo verdad.
En efecto a sólo título de ejemplo mencionare el caso puesto de manifiesto por el diario Rio Negro  con fecha 13 de agosto del 2009 donde se desarrolla el suceso de un individuo que es sometido a juicio por dejar embarazadas a sus tres hijastras menores de edad. En la misma fecha se hace saber en la misma publicación del presunto delito de "abuso sexual  agravado por acceso carnal " de un individuo abuelastro de la víctima también menor.
Sin solución de continuidad en la versión gráfica del diario Rio Negro del 14 de agosto de 2009, pág. 37 se destaca el hecho de una niña abusado por su tutor legal cuando la menor contaba entre 4 y 7 años.-
Todo ello en dos días en un sólo diario que destaca hechos tremendamente aberrantes en la región de Rio Negro y Neuquén.
Otros medios gráficos, radiales y televisivos nos dicen de iguales ultrajes múltiples, diarios, en todos los rincones del país.
Lo expuesto quiere llevar a la reflexión a la sociedad toda. La anarquía, falta de límites, la brutal violación de los niños indefensos, la ausencia de restricciones y cuidados hace que más que un alerta lo dicho sea un grito desesperado a las autoridades pertinentes para que se adopten las medidas necesarias para darle fin a esta atrocidad.
El primer paso debe ser el fortalecimiento de la familia y la educación. Que los especialistas se hagan cargo seriamente del tema.
Esta cuestión no es asunto que pueda solucionar el Poder Judicial. Es una enorme deuda que debemos saldar todos.

Articulos relacionados El peligro esta en la misma familia Una joven denunció que fue abusada durante 17 años