El 30/05/16, el primer mandatario argentino hizo lugar a un pedido formulado por las autoridades de la escuela católica Scholas Occurrentes suscribiendo para ello el pertinente decreto por el cual se aportaba en favor de la precitada institución la suma de 16.666.666 millones de pesos  destinado a sufragar los gastos de personal, infraestructura y equipamiento de la sede central de  nuestro país destacando que la contribución tenía como fin servir de gesto de cercanía y señal de distención de las relaciones entre el  Gobierno Argentino y el Vaticano.

Así las cosas el Papa Francisco enterado del asunto habría ordenado a los directores de la citada ONG que rechazaran la donación y devolvieran el dinero pues "El gobierno argentino tiene que acudir a tantas necesidades del pueblo, que no tienen derecho a pedir un centavo" ( Ver diario Río Negro del 12/06/2016, pág. 4).

Hasta aquí no se observa nada más que una parte que responde a un pedido razonable y otra que desiste del reclamo original y restituye lo otorgado,  todo lo cual no tiene, a juicio del suscripto, nada para objetar.

Si es insólito lo expuesto sobre el particular por el señor Juan Grabois, consultor del Pontificio Consejo de Justicia y de la Paz quien textualmente dijo "El que piensa que por darle plata a una fundación  por el sólo hecho de estar directa o indirectamente vinculada al papa está haciendo un ·gesto a Francisco· es realmente un pelotudo, además de un corrupto y un prevaricador" (Ver diario Rio Negro fecha y lugar precitados).

Este insulto por un lado está dirigido al pueblo argentino en su integridad pues como se dijo más arriba el aporte fue decidido por el primer mandatario de la Nación Argentina actuando en representación de todos y cada uno de los habitantes del país, esto es sus mandantes, por un asesor relevante del Sumo Pontífice y por ello alcanza una gravedad extrema y por otro con semejante exabrupto muestra la falta de idoneidad del señor Juan Grabois para ejercer  el cargo en que fuera designado por Francisco en tanto sus expresiones destacan una agresividad que no se compadece con el logro de la Paz que es objetivo esencial del rol que se le ha asignado.