Manuel Belgrano decía que el modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.
Según nuestra Constitución Nacional ese cometido está reservado exclusivamente a los fiscales y jueces quienes laborando incansablemente con independencia, austeridad, buena fe y afán de dar a cada uno lo suyo cumplan estrictamente con el precepto indicado que la Ley de Leyes determina bajo pena de juicio político a aquellos magistrados y funcionarios que obvien el fiel cumplimiento de la exigencia señalada.
Lamentablemente en este país hoy jueces y fiscales como los políticos en general se burlan de sus mandatarios, esto es del pueblo que les ha dado el poder para actuar en su nombre a los fines de hacer justicia, hallar la verdad como fin último de sus roles.
Así vemos como a la jefa de la banda que saqueó el país ominosamente, un juez y un fiscal determinan que en una causa clave para que la Nación recupere el capital robado por ella y sus secuaces, luego de obviar durante largo tiempo la prueba que clamaba su presencia para prestar declaración indagatoria, la fijan en una fecha que excedería aquella en que obtendría los fueros necesarios para invocarlos y eludir de esa manera el juicio oral y la pena que la ley le marca por las viles atrocidades cometidas dolosamente, sin vergüenza, sin pudor aprovechándose de un pueblo analfabeto por su quirúrgico y maléfico plan de restarle educación, facilitarle el acceso a la droga, condenarlo a la temprana muerte de sus hijos.
No es el único caso ya tenemos hasta un expresidente vetusto que ejerciendo su poder caudillesco seguramente obtendrá una prórroga de su sillón en el Palacio de las Leyes para evitar ser detenido por los graves delitos respecto de los cuales ya ha recibido condena, además de haber destruido un pueblo mientras se reía en la cara de los argentinos dejándolos sin trenes, sin industrias, sin energía y llevando de la mano a una de las crisis más grandes de la historia argentina.
Treinta años de democracia no han servido para nada, la vida de los valientes soldados que entregaron su vida con la ilusión de recuperar a las hermanitas perdidas fue en vano y peor aun no solo no fueron reconocidos como sí sucedió con los terroristas del ERP y Montoneros que nos llevaron a esta grieta social profunda sino que una manga de atorrantes “seguramente bien pagos” nos dejaron en las manos del kirchnerismo y la campora autores materiales e intelectuales de robos y crímenes por los cuales no sólo no fueron castigados sino que se los indemnizó con sumas inconcebibles y se los premió con cargos de los cuales abusaron sin límite alguno.
Culminando por donde empecé y en la medida que los jueces y fiscales no encarcelen a la jefa de la banda saqueadora y sus secuaces y nuevamente salgan impunes la queja del General Manuel Belgrano tendrá vigencia por siempre “¡Ay, Patria mía!”, pues los pueblos no tienen peor castigo que vivir en la pobreza y la inseguridad mientras que sus representantes se burlan de su ingenuidad gozando a pleno de las riquezas mal habidas. |