Sobrevenida la pandemia que nos trajo el virus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad conocida como COVID-19, el Estado tenía a su cargo como primera responsabilidad hacia los ciudadanos proporcionar las vacunas pertinentes, para generar en los pacientes el mínimo perjuicio.
Así se informó “El presidente Alberto Fernández anunció el 10 de diciembre, desde Casa Rosada, que el Gobierno nacional firmó el acuerdo con la Federación Rusa para la llegada al país de la vacuna Sputnik V que permitirá inmunizar, entre enero y febrero, a 10 millones de personas, en el marco de las medidas que se llevan adelante contra el coronavirus COVID-19” (www.cancilleria.gob.ar 12/12/2020).
Además de esta responsabilidad general, el gobierno ha incumplido con los ciudadanos en forma individual, que han sido desplazados por amigos del poder y por no vacunar en el tiempo y forma prometida, destacando a título de ej. que en el caso del suscripto, fui vacunado el día 16/03 quedando los representantes de salud en llamarme a partir del 6/4 en un término que no sería superior a los 21 días.
Todo lo redactado no se cumplió y muchos, como en mi caso, han quedado con una sola dosis de la vacuna, ignorando si ello no surtirá un efecto perjudicial, en cualquier supuesto el Estado deberá reparar los daños que se provoquen.
La enfermedad avanza con prisa y sin pausa, apareciendo la posibilidad que la vacunación mala o defectuosa fulmine con pacientes enfermos y muertos que al 6/5 alcanza el número de 66.528 personas. |