Hoy la Nación es un caos, la falta de idoneidad, la negligencia, el desatino de las medidas de gobierno que se toman día a día, la falta de empleo, la inflación sin freno y los negocios con las cortinas cerradas, están transformando a mi amada Argentina en una nación fantasma, una república de locos, como decía J.B. Alberdi en sus Obras Completas “Si los cuerdos se dejan manejar por locos errando de manera inconcebible en las elecciones no es raro que los cuerdos terminen siendo considerados locos y los locos cuerdos”.
Fernández no solo no es un estadista, sino que por el contrario es de público y notorio que es un sumiso dependiente de la vicepresidenta al punto que en público y sin vergüenza al cumplir una de las ordenes de la reina agachó la cabeza y dijo “ya hice lo que me dijiste”.
A mi criterio le vendió el alma al diablo y contrariando los enunciados del Preámbulo de la Constitución se encarga de promover cada día el malestar general de todos los habitantes sobrevivientes de este sufrido país.
¿Qué queremos? Volver a sentir orgullo de ser argentinos, viajar seguros, asistir a un desarrollo cultural sostenido, transitar por las calles sin piquetes. Escuchar a un presidente conectado con el mundo, decidir que comprar, que libros leer, que los delincuentes estén presos, que haya estadistas conduciendo el país, economistas manejando la economía, calma y paz, con los tres poderes funcionando, recuperar la jerarquía en el mundo, la coherencia en la política exterior. |