Los recursos naturales, cuya explotación producen riqueza, hacen grandes a los países cuando los mismos son administrados con prudencia y austeridad, cuando las rentas son invertidas con inteligencia destinando al gasto no imprescindible una porción ínfima del beneficio total.
Lo expuesto precedentemente es la aplicación por los Estados de normas de economía básica, casera, esto es que la cantidad de ingresos que una familia pueda obtener si se dilapidan en gastos superfluos, con absoluto descontrol, sin cuidado ahorrar, determina que al tiempo de cubrir una emergencia nos encontremos que no podemos afrontarla por no haber sido diligentes y austeros al tiempo de disponer nuestro dinero.
Así es apropiado, en momentos en que con punta en el yacimiento de Vaca Muerta Argentina pone todas las fichas de su recuperación a las ganancias producidas por el petróleo y el gas que yace en su subsuelo , que la intensa explotación de tales recursos debe ir acompañada de una política de mantenimiento adecuado, concretado con profesionales de primera línea y sustancialmente - en razón de que ambos bienes son limitados - prever una política de ahorro e inversiones inteligente para que la riqueza obtenida no sea pan para hoy y hambre para mañana.
No obstante que Argentina fue un país que alentó el ahorro por medio de políticas destinadas a tal fin y que aquellos, que como el suscripto, hoy peinan canas obtuvieron en la escuela primaria sus primeras libretas de la Caja Nacional de Ahorro Postal, andando el tiempo se impuso la política del consumo que en la actualidad se ha salido de cualquier control y así no sólo estamos endeudados hasta el cuello, sino que carecemos de medios para pagar lo debido.
Así aparece apropiado dar un par de ejemplos acerca del petróleo y su inversión tomando para ello a dos países que cuentan en abundancia con tal recurso, esto es Venezuela y Noruega.
Venezuela no obstante nadar en un inmenso lago de oro negro ha dilapidado el recurso, no adoptó medidas adecuadas de explotación racional, remediación y mucho menos de inversión que multiplicara el capital en tiempos de bonanza y así hoy es lamentable noticia que se vea obligada a importar petróleo de Argelia para cubrir sus necesidades.
Noruega, por el contrario, contando con abundante cantidad de hidrocarburos en su subsuelo ha adoptado una explotación e inversión prudente y pensando en los tiempos en que los recursos se hayan agotado ha creado con los ingresos del petróleo y el gas un fondo multimillonario de 1,3 billones de dólares (al 3/05/2022 – Fondo Noruego Soberano) y así a diferencia de muchos países como Venezuela que han malgastado la renta petrolera, el país escandinavo ha utilizado esa renta en un gigantesca masa de ahorros para cuando se acabe la bonanza.
Obviamente Argentina en este punto está lejos de Noruega, pero estimo que el ejemplo es válido en tanto el país escandinavo por su obstinada capacidad de ahorro y previsión ha asegurado un buen pasar a sus habitantes y a las futuras generaciones, en tanto Venezuela vive acosada por el desabastecimiento, la inflación y el racionamiento.
En suma, los escandinavos ratifican que - tal como se me inculcó en la escuela primaria cuando era niño - el ahorro es la base de la fortuna. |