La anarquía se define como una situación de descontrol, en la que el Estado se debilita y ya no puede ejercer el monopolio del uso de la fuerza, suele decirse que «cunde la anarquía» porque no existe nadie que tenga la capacidad de liderazgo suficiente como para conseguir restablecer la paz. En dicha situación, el gobierno no logra aplicar la ley sobre su territorio porque está teniendo lugar un desorden político, un conflicto institucional o una crisis social.
Hoy en Argentina se dan los tres recaudos que nos permiten afirmar que estamos viviendo un tiempo de plena anarquía en tanto existe un desorden político generado por la ausencia en el oficialismo ante la afirmación de Cristina Fernández que no se presentará en las próximas elecciones en ningún cargo electivo y la ausencia de una figura con jerarquía suficiente para suplir su liderazgo, en cuanto a la oposición sobran los postulantes sean a los cargos más relevantes como a los de menor entidad.
También padecemos conflictos institucionales varios entre el poder ejecutivo con el judicial. el legislativo paralizado, el senado que hace trampas - según la Corte Suprema de Justicia para designar a los miembros que deben ocupar cargos en el Consejo de la Magistratura y otros que surgen día a día.
La crisis social es de pública y notoria en un país donde el 40 % de la población es pobre, aun cuando tengan trabajo en blanco pues los sueldos no alcanzan a cubrir las necesidades esenciales, no hay empleo, la educación es un relato, es un caos que alcanza toda la actividad del Estado, una situación de intensa anarquía, que fastidia, que cansa, que harta.
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