Hace un par de días que me llegó el libro escrito por Juan Luis González sobre la vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la vida política de Argentina titulado «El Loco» y su lectura acabó con mis dudas sobre el peligro serio, tremendo y real que corre la sociedad argentina si Milei a pura motosierra alcanza la primera magistratura en las elecciones de octubre pues no sólo estaríamos en manos de un totalitario sin límites que ostenta un desequilibrio emocional relevante, un don de seducción,  que convierte a sus seguidores fanáticos dispuestos a romper todo -algo similar a lo que sucedió con los 16 años de gobierno kirchnerista que acabó con un pueblo que creyó en sus promesas los discursos mentirosos en su gestión que llevó a la quiebra, a la miseria, a la destrucción de las instituciones y al infierno a los ciudadanos.

A punto de acabar con la tiranía kirchnerista aparece Javier Milei que, aunque Eduardo Eurnekián sostenga refiriéndose a su candidatura a presidente que «No estamos para aguantar un nuevo dictador» y Mauricio Macri afirme «que Milei es un adolescente incapaz de alcanzar equilibrios emocionales» son expresiones tardías, extemporáneas, que probablemente no sirvan para enfrentar a la motosierra, a la ilusión de vivir en un paraíso pleno de árboles de dólares.

Finalmente señalaré un par de dichos de Milei que el periodista político Juan Luis González le atribuye, así «Yo ví tres veces la resurrección de Cristo…hasta que Dios -él lo llama el número uno- cómo había hecho con Moisés le dijo que tenía la misión de meterse en política y no debía parar hasta llegar a ser presidente».

Antes había aclarado que su hermana es Moisés y él es Aarón, su comunicador, demencial y a este personaje es probable que los argentinos entreguen sus esperanzas serias de una vida mejor.