En estos días he sido abrumado con estigmatizante propaganda contra funcionarios y políticos argentinos que sin fundamento alguno han sido tratados abiertamente de venales manchando el prestigio de mi país con afirmaciones según las cuales la corrupción se habría enseñoreado en la Argentina.
Tan grosera y mentirosa calificación difundida por todos los medios no tiene otro objetivo que maltratar a los esforzados miembros de la clase gobernante o a los aspirantes a integrarla generando una sensación de corrupción generalizada respecto de sus actos con único sustento en la difamación y el desprecio por la forma republicana de gobierno que las autoridades elegidas por el voto popular no hacen más que respetar con máxima rigurosidad.
Así la división de poderes en nuestro país es un ejemplo que se está difundiendo al mundo entero. Tal es así que representantes de Estados Unidos, Francia. Inglaterra. Finlandia, Islandia, de nuestros hermanos latinoamericanos -sólo por nombrar algunos- visitan permanentemente esta tierra generosa para apreciar la manera en que se instrumenta esa independencia armónicas de cada departamento donde el Congreso o Legislatura Provincial, trabajando a destajo, sin peros ni excusas, trabajan denodadamente - incluyendo feriados y domingos - con escuetas vacaciones de un par de días al año para dotar al pueblo de la legislación más moderna en cada rama de la vida de la sociedad, ya sea en salud, educación, seguridad, etc., esfuerzo duro pero que ha dado extraordinarios resultados apareciendo primeros en cada uno de los rubros como los indicados dentro del concierto de la naciones, todo ello - y debe destacarse - sin que medie la más mínima intromisión del Poder Ejecutivo en el dictado de las normas.
A su vez el Poder judicial, integrado por individuos absolutamente independientes de criterio, austeros de perfil bajo, con enorme apego al trabajo y al estudio e investigación ha conseguido por la perseverancia y obstinación de sus integrantes que el pueblo crea ciegamente en sus fallos, que no exista una sola causa atrasada en su tramitación, que con mano firme ha sancionado la más mínima transgresión del poder ejecutivo o legislativo. El prestigio de la justicia argentina ha trascendido a nivel internacional y los letrados que la integran son permanentemente requerido por gobiernos extranjeros para dar conferencias en las universidades más importantes del mundo como como Cambridge, Oxford, Yale, Harvard y tantas otras que quedaron rezagadas ante la primacía absoluta alcanzada por la Universidad de Buenos Aires, de donde egresan profesionales que ostentan como gran capital el privilegiado conocimiento recogido en las aulas porteñas.
Particularmente destacable es el desempeño de los titulares del Poder Ejecutivo a nivel Nacional y Provincial, transparentes, moderados, ostentando un nivel de vida sin lujos de ningún tipo siguiendo el ejemplo de Alberdi cuando en sus Obras Selectas afirma que en democracia todo debe vestirse de un austero color, de un reservado accionar, de una orgullosa modestia.
El pueblo argentino ha alcanzado un nivel el de vida que no ha podido ser superado por ninguna otra potencia. La felicidad de la gente es ostensible en la sonrisa permanente, el buen humor, la buena disposición respecto del trabajo que aparece abundante y de altísimo nivel. El desarrollo de la ciencia y la tecnología ha alcanzado alturas jamás imaginadas.
Un país ganador, con una juventud plena de posibilidades, con concretas posibilidades de proyectar un futuro venturoso, de hacer realidad la ilusión más soñada.
El Riachuelo que hoy luce limpio, transparente, con peces de todas las variedades posibles, rutas que se han convertido en su totalidad en autopistas de doble mano, sin accidentes ni atajos que atraviesan todo el territorio nacional.
Quebraron los negocios de cerraduras y rejas. Los argentinos hoy duermen con las puertas abiertas, sin trabas gracias a la eliminación absoluta de de la inseguridad que hoy sólo es un mal sueño.
Por eso amigos, lectores, compatriotas, no hagan caso de campañas sucias, de diarios amarrillos, de la prensa difamadora, la realidad demuestra lo contrario, revela que Argentina es un sueño y los sueños, sueños son.
Este articulo dió origen al siguiente relato, lo invitamos a visitarlo, haciendo click aqui |
Comentarios
Suscripción de noticias RSS para comentarios de esta entrada.