En nota del periodista Leonardo Mindez del 18/11/2012, publicada en www.clarin.com.ar, bajo el título "Desde marzo, Cristina se aumentó el sueldo un 42 por ciento", señala que "El mes pasado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner percibió un salario de 69.586,94 pesos, un aumento del 42,2 por ciento sobre lo que recibía en enero de este año. Además, se le liquidaron otros $ 44.090,50 por la pensión de viudez del ex presidente Néstor Kirchner. Así, sus ingresos mensuales por ambos rubros totalizaron $ 113.677, 44 según surge de los registros de la ANSeS"
Lo expuesto contrasta con los magros aumentos percibidos por los empleados del Estado Nacional y de cada uno de las provincias ampliamente considerados que apenas lograron magros incrementos con los que no consiguieron superar el índice de inflación en ningún caso.
Que decir de los haberes jubilatorios de hambre, absolutamente por debajo de cualquier índice de pobreza que se quiera considerar.
Sin duda es una muestra más que en Argentina se multiplican los privilegios de aquellos que han asumido el gobierno respecto del pueblo que le ha dado tal responsabilidad mediante el voto al tiempo de las elecciones.
Es manifiesto que la noticia aparece como una expresión absolutamente irritante si agregamos que a ese autoaumento, no percibido por ningún otro trabajador público, debe agregarse un patrimonio declarado por la señora presidenta de más de ochenta millones de pesos ($ 80.000.000).
Este aumento exorbitante agobia al hombre de a pie, ese que apenas si tiene un trabajo por el que percibe una remuneración miserable, normalmente en negro, mientras los amos y los jovenes de La Campora desbordan de prosperidad y lujos.
Obviamente la diferencia entre ese grupo de argentinos privilegiados que se aferran de las prendas de la Sra. Presidenta y asiente servilmente cada una de sus palabras y acciones se ha tornado tan grande que provocó un abismo imposible de salvar en esta sociedad desigual e injusta
Por otro lado la mala gestión en todas las áreas nos ha llevado a ocupar el anteúltimo lugar en el concierto de las naciones confiables y así nadie invierte un peso en empresas que generen trabajo genuino y consecuentemente se ahonda el desempleo y la pobreza que se extiende como in cáncer maligno.
Por lo dicho e infinidad de desgracias más que el hombre común padece cada jornada y son de púbico y notario conocimiento, este autoamento del 40% de la Señora Presidenta tiene el efecto de una dolorosa cachetada al hombre de a pie, que lejos de pellizcar algún beneficio va acumulando carencias que en un abrir y cerrar de ojos lo colocan en la indigencia tan temida. |