Hace unos días con motivo de su visita a Brasil el Papa Francisco obsequió a la Sra. Presidente de Argentina un par de zapatitos para su nieto de pocos días de vida y como agasajo a su reciente abuelazgo.
Tal acontecimiento determinó que el Pontífice se prestara a sacarse una foto con la Sra. Presidente y su acompañante Martín Insaurralde para que la Dra. Cristina Kirchner guardara de recuerdo el amable gesto.
Hasta allí todo bien, pero en el día de ayer apareció empapelando las calles de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un afiche con la fotografía del saludo que el Papa Francisco tuvo en Brasil con la Presidente Cristina Fernández y el precandidato a diputado del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, utilizado como propaganda del FPV en el marco de la campaña con vistas a las elecciones primarias del 11 de agosto.
Se destaca que al pie de la imagen, figura una frase del Pontífice pronunciada durante la reciente Jornada Mundial de la Juventud, que encabezó en la ciudad brasileña de Río de Janeiro: "Nunca se desanimen, no dejen que la esperanza se apague".
Lo expuesto es sin duda un abuso de confianza que hace pensar acerca de la ausencia de ética en la contienda política, en tanto una actitud de extrema cortesía del Papa Francisco para con la Primera Mandataria del país, es utilizado por el aparato de prensa del partido a que pertenece en un acto mezquino, abusando de la bondad del Titular del Estado Vaticano, del máximo exponente de la Iglesia Católica, que prestó conformidad a la fotografía sin pensar que su imagen, abusando de su confianza, sería utilizada para respaldar o avalar torpe e ignominiosamente a una fracción política.
Quizás este acto engañoso muestre la esencia disvaliosa, sin límites ni pudor, de la clase política de este desafortunado país y la desconfianza que nos hemos sabido ganar en el mundo entero.
Una acción desafortunada, una manera de reforzar la imagen de ventajeros con que nos ven en el exterior y los justos reparos con que nos tratan.
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