En los últimos años la falta de inversiones en emprendimientos que generen trabajo genuino ha derivado en el incremento impúdico del desempleo y así el hombre de a pié no ha tenido otra alternativa que acudir a la humillación del subsidio permanente para satisfacer minimamente las exigencias que hacen a su diario pasar, cubrir las necesidades básicas que demanda brindar a si mismo y a su familia alimento, resguardo y abrigo.
Aquí es oportuno destacar que la situación del empleo en los jóvenes es realmente dramática. Entre 16 y 24 años tenemos en la Argentina unos 315 mil desempleados, a los cuales hay que sumarle otros 815 mil que ni trabajan ni buscan trabajo, los denominados “ni-ni”. Ambos fenómenos se concentran mayoritariamente en los segmentos más humildes de la población.
Las cifras se agigantan si incluimos los jóvenes entre 24 y 30 años, donde 144 mil buscan trabajo y no consiguen y otros 550 mil están en situación de “ni-ni”.
O sea que tenemos más de 1.800.000 jóvenes de entre 16 a 30 años de edad sin empleo.( Ver "Los jóvenes victima de la fractura social. por Juan Schiaretti, en Clarín On Line del 22/04/2'14)
Los datos precitados sumados a la ausencia de salud, seguridad, justicia, el endeudamiento colosal que nos condiciona, la consolidación de flagelos como el juego, el narcotráfico y la trata de personas, me llevan a afirmar que contrariamente a lo que afirmó la Sra. Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su discurso del 21/04/2014, el país que recibamos los argentinos cuando la Primer Mandataria deje el cargo será un lugar inhóspito, hundido en la pobreza que genera el desempleo y la falta de inversiones; tierra arrasada.
Duro será el trabajo de su sucesor aunque en cualquier caso debe tenerse presente que cualquiera sea quien gane las próximas elecciones los antecedentes de este desafortunado país ponen de manifiesto que los gobernantes de cualquier signo político - salvo el Dr. Arturo Humberto Illía -, aunque no se incluya en el juramento de rigor al tiempo de la asunción, desde el mismo momento que acceden al cargo priorizan sus necesidades y fantasías, y luego las de sus parientes, amigos y referentes.
La educación, la creación de trabajo genuino, el bienestar del pueblo y la grandeza de la Patria no aparecen como asignaturas pendientes de urgente cumplimiento en sus agendas, nunca lo están, son pretensiones que indefectiblemente terminan en el arcón del del olvido. |