La inseguridad que nos abruma cada día ha trascendido al mundo y así luego del crimen de Mendoza, en Nueva Zelanda y Australia advierten sobre la peligrosa inseguridad en la Argentina.
El turista neoceolandes Nicholas Heyward fue abordado ayer por dos jóvenes que circulaban en una moto cuando caminaba por la avenida Thays en Mendoza, en las inmediaciones del Estadio Malvinas Argentinas, junto a dos amigos, intentaron sacarñe el bolso que llevaba en la mano y cuando cayó los motochorros le dispararon cuatro tiros siendo alcanzado por dos de los disparos que acabaron con su vida.
En Australia, Sky News se hizo eco de la noticia sobre el neozelandés de 32 años asesinado que llegó rápidamente hasta Oceanía, donde recordaron las sugerencias de la Cancillería local sobre las precauciones a la hora de viajar a la Argentina.
Así el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda en su guía para viajeross advierte:"Hay algo de riesgo a su seguridad en la Argentina debido al crimen, por lo que recomendamos precaución. Los neozelandeses en Buenos Aires deben estar particularmente cautos alrededor de la estación de ómnibus de Retiro y La Boca, donde los robos son comunes", continúan: “Es recomendable evitar usar o llevar artículos que parecen valiosos como joyas, cámaras y dispositivos electrónicos” (Ver sobre el punto Clarín On Line del 29/04/2014).
Así esta violencia insensata que se ha involucrado de manera relevante en la vida de todos los argentinos en cada rincón del país y la irritante inacción de las autoridades de seguridad y justicia encargadas de adoptar medidas eficaces para acabar con este flagelo, se ha convertido en un elemento más del desprestigio que este noble pueblo esta padeciendo en todo el mundo.
Ya no debe hablarse de una sensación de inseguridad, ni de un hecho ocasional sino de una ola de violencia demencial que se acrecienta cada día con perspectivas ilimitadas, porque el Estado no sabe, no quiere o no puede mitigar la acción criminal que hoy nos convierte en un país peligroso, de visita no recomendable para extranjeros, y un campo de batalla feroz para los ciudadanos que cada día deben enfrentar, entraderas, robos con armas, violaciones ultrajantes, en suma todos los delitos imaginables, que con demasiada frecuencia culminan con la muerte de la víctima.
La advertencia del gobierno de Nueva Zelandia puesta de manifiesta más arriba debe actuar como despertador de omisiones y complicidades de aquellos encargados del resguardo de nativos y extranjeros y de las más altas autoridades de nuestra Nación para que se concrete un plan de seguridad serio y riguroso que le devuelva a este país, que supo ser sereno y manso, la paz y seguridad que ha perdido. |