En el diario Perfil.com del 21/06/2014 bajo el título “20 de junio: El día que Cristina dejó en 'orsai' a toda la militancia” se destaca “mientras la militancia porteña vitoreaba que 'la Patria no se negocia', Cristina dijo que se negociará con los buitres, aunque se cuidó de no llamarlos de este modo. Combativamente criticó a los holdouts y a la legislación norteamericana, pero pidió condiciones para negociar el pago. Por si no quedaba claro que la negociación es el camino elegido por 'La Jefa' de la militancia, Cristina se preguntó '¿Quiénes son los que no quieren negociar? Los argentinos queremos negociar'. Para disipar toda duda, aclaró que tiene la obligación de negociar porque es 'una presidenta responsable'. A tan sólo 299 kilómetros de allí, en la Embajada de Estados Unidos, Milagro Sala instaba 'a los gobiernos de la región a no claudicar frente a fallos judiciales de estas características que benefician a muy pocos y perjudican a muchos'. Pero Cristina la dejó en posición adelantada, al igual que a todos los que se movilizaron en contra de los fondos buitre y a favor de 'no negociar la Patria'”.

Lo expuesto precedentemente determina que no disminuyan las dudas sobre la decisión final del gobierno kirchnerista de pagar la deuda a los “fondos buitres”, pues resulta difícil sostener que los actos convocados por La Campora y Milagros Salas con la consigna esencial “Patria o Buitres” en el Cabildo y frente a la Embajada de Estados Unidos se concretaran sin la autorización de Cristina Fernández en tanto de publico y notorio conocimiento que nada se hace dentro de la verticalidad oficialista sin el visto bueno de la Sra. Presidente y siendo así la voluntad negociadora expuesta en el Monumento a la Bandera no es más que pura apariencia para dar una imagen de buena voluntad de saldar lo debido cuando en realidad ello nunca sucederá pues el no pago a los “buitres” es una consigna del “modelo” que no se negocia.

Si la voluntad negociadora de la Presidente fuera definitiva y terminante hubiese dado las instrucciones necesarias para que no se llevara a cabo acción alguna de sus seguidores que pudiera poner en peligro la alegada negociación, riesgo que sin duda provocan los actos precitados y las consignas y alocuciones contrarias al pago de la controvertida deuda formuladas en ellos.

Por otro lado acabar pagando a los denostados deudores sería una resignación inadmisible para el kirchnerismo generándose una crisis interna en el movimiento que podría constituir el principio del fin del “modelo” que lidera Cristina Fernández.

En cualquier caso en el mismo día que la Sra. Presidente anunciaba el pago al 100% de los acreedores reclamando al juez Griessa condiciones para negociar el pago, La Campora y Milagros Salas que constituyen los sectores más relevantes del capital político kirchnerista y obedientes seguidores de las instrucciones de su “Jefa” argumentaban justamente lo contrario, el no pago de la deuda e incluso alentando a sostener esa actitud a los gobiernos de la región.

Pienso que este comportamiento contradictorio de la Sra Presidente convocando a la negociación de la deuda por un lado y de sus seguidores más relevantes repudiándolo por el otro, genera dudas razonables acerca de cual será la decisión definitiva del gobierno sobre el particular y seguramente no ayudará a desvanecer la desconfianza del magistrado estadounidense ni de los acreedores acerca de la real intención argentina.

Reitero si la decisión negociadora de Cristina Fernández fuese firme y cierta hubiera dado instrucciones para que los actos del Cabildo y frente a la embajada de Estados Unidos, con fuerte repudio al pago de la deuda no se realizaran por el peligro de que frustraran la declamada negociación que en última instancia no es más que una expresión verbal que tiene la misma verosimilitud que aquella que según la cual el gobierno no cedería a la extorsión de los acreedores rapiñeros.