Según datos oficiales la deuda pública argentina ascendió de 8.000 millones de dolares al final del gobierno de Isabel Martínez Vda. de Perón a 250.000. millones de la misma moneda en el actual modelo de la Dra. Cristina Fernández Vda. de Kirchner.
Aquí es pertinente señalar que si bien hay constancia de los datos del endeudamiento y su enloquecido crecimiento se ignora absolutamente que obras se realizaron en el país que la justifique.
Esto es, lejos de crecer Argentina se fue hundiendo sin prisa y sin pausa en la miseria, el desempleo, la ignorancia, sin invertir un sólo dólar en caminos, viviendas, obras públicas relevantes, emprendimientos productivos, diversificación de su industria, desarrollo en suma.
Por el contrario bienes que hacían a nuestra soberanía como el ferrocarril, el petróleo y el gas que nos autoabastecía de energía con centros de explotación trascendentes como lo era Plaza Huincul y Cutral -Co, desaparecieron, los centros turísticos se depreciaron y hoy perviven con ausencia de rutas en condiciones para acceder a ellos, el nivel de pobreza ha alcanzado índices catastróficos, desaparecieron pueblos enteros ante la desidia de autoridades que se dedicaron a enriquecerse sin límites ni pudor obviando el bienestar general.
El hospital y la escuela pública dejaron de ser ejemplos del mundo y esa auténtica potencia con una economía que alcanzo el 7º lugar entre las naciones hoy es despojo que ruega a un puñado de buitres que no la ejecuten y la hagan desaparecer.
Los representantes elegidos como nuestros mandatarios no son ni han sido hombres de Estado capaces de gobernar con generosidad, esfuerzo y patriotismo la Nación sino mediocres especuladores que no actuaron con la grandeza que exigían las circunstancias procurando el bien propio, de amigos y parientes sin prestar atención con seriedad y ciertamente al bienestar general de un pueblo manso y siempre traicionado.
Sin duda que gran parte de la inmensa deuda que hoy se ha convertido en imposible de saldar fue invertida en beneficio particular de quienes nos gobernaron y la prueba es que salvo un par de honrosas excepciones presidentes, gobernadores, legisladores y autoridades municipales están en la lista de personas más ricas del país e incluso del mundo con la curiosidad que esas fortunas nacieron y se consolidaron teniendo como único sustento la retribución de un empleo público.
Ausencia total de ética y moral de nuestros gobernantes es en definitiva la causa eficiente de la impúdica deuda pública que con idas y vueltas y como siempre será satisfecha con las monedas de trabajadores y jubilados que el amo de turno se apropiará con presteza. |