La ansiada democracia republicana lograda luego de la dictadura militar fue sólo una expresión de deseos de un pueblo ilusionado con la realización de los derechos y garantías de la Constitución, esto es libertad, igualdad, justicia independiente, vivienda digna, idoneidad en los empleos, bienestar general actuados por gobernantes honestos, sensatos, aptos, respetuosos de los valores con una conducta ética y moral intachable, con vocación para servir al pueblo soberano, de cumplir estrictamente con el viejo sueño de ser la gran Nación que insinuaban los inmensos recursos naturales y la calidad de su elemento humano.
Pero no fue así, los gobernantes se encargaron de obviar la Constitución Nacional, sepultaron los derechos y garantías prescriptos en la Carta Magna, procuraron enriquecerse sin pudor ni reglas, olvidaron las inversiones productivas generadoras de trabajo, como por arte de magia hicieron desaparecer los bienes que - aunque maltrechos - integraban el patrimonio nacional desde el ferrocarril hasta hospitales y escuelas, pueblos enteros fueron ganados por el olvido y la desidia, las rutas destruidas hoy son causa determinante de accidentes cotidianos motivados por las secuela de la omisión, la maldita droga se expandió sin límites y con ella se hizo añicos el presente y futuro de una multitud de niños y jóvenes atrapados sin salida que matan y mueren en las calles de este desafortunado país.
La irresponsable actitud de los gobernantes nacionales, provinciales y municipales de encargar las tareas relevantes de la actividad pública a amigos, parientes y referentes partidarios, dejando de lado al idóneo sin padrino en el poder, llenó la administración estatal de mediocres corruptos, ignorantes del rol que se les ha asignado, y así nos topamos con este desastre atribuido acertadamente a la mala praxis de funcionarios, asesores, ministros. representantes del pueblo carentes de las mínimas virtudes éticas y profesionales indispensables que exigen las circunstancias en cada caso.
Incapaces y corruptos se han apropiado del poder en cada rama de los gobiernos nacional, provincial y municipal, administradores sin grandeza, amigos de las consignas, enemigos declarados de las realizaciones serias, legisladores con decenas de asesores que son a la vez hijos, esposas, amantes, amigotes y afines de los congresistas, jueces y fiscales sometidos a los amos que miran para otro lado y el pueblo abatido, abrumado, sin trabajo, cartoneando, se va muriendo, enfermo, desnutrido, entre chapas, cartón y nylon. |