El pañuelo blanco que llevan las Madres de Plaza de Mayo reclamando por la aparición con vida de sus hijos desaparecidos se fue convirtiendo paulatinamente por la decisión determinante de la presidente de esa asociación Sra. Hebe de Bonafini en un símbolo del kirchnerismo, infaltable en cada acto de la agrupación gobernante, en cada discurso de la Sra. Presidente Cristina Fernández Vda. Kirchner, en cualquier conmemoración oficialista, esto es identificándose decididamente con el partido político Frente para la Victoria y la ideología del "modelo".
Al mismo tiempo que esto sucedía la titular de Madres de Plaza de Mayo se involucró en cuestiones altamente conflictivas que alejó a ella, la Asociación que representa, y al pañuelo blanco que identifica a la entidad del objetivo primario - aparición con vida de los hijos desaparecidos por la dictadura militar - tomando clara distancia con la sociedad que en un primer momento se había solidarizado con la causa y los pañuelos que la distinguía en tanto se provocaba una franca división por razones varias.
El diario la Nación on Line del 05/07/2014 señala sobre el punto: "La señora de Bonafini no dejó de mostrar actitudes reñidas con la convivencia y con los valores de la democracia y la República. Se alegró con el atentado a las Torres Gemelas y con la muerte del papa Juan Pablo II. Encomió los actos terroristas de la ETA y arengó a tomar las armas en más de una ocasión. Desafió y amenazó a jueces, incluidos algunos miembros de la Corte Suprema de Justicia. Tomó la Catedral para presionar por el pago de certificados de obra, que por otro lado eran de dudosa justificación. Justamente, éste fue un flanco comercial de su Asociación, que nada tenía que ver con sus fines y que expuso crudamente la falta de escrúpulos para obtener dineros públicos. Es difícil comprender por qué la Asociación de las Madres tuvo que convertirse en empresa constructora para encarar proyectos de viviendas en todo el país con la denominación "Sueños Compartidos". La crónica ha sido profusa en los inaceptables manejos y desórdenes financieros, en los que la señora de Bonafini fue responsable con la participación de los hermanos Schoklender, hoy sometidos a causas que dirime la Justicia."
Lo expuesto precedentemente torna incomprensible que la Cámara de Diputados de la Nación haya aprobado con 176 votos a favor, 7 en contra y 4 abstenciones, la adopción del pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo como emblema nacional argentino y de esta manera, obtenida la descontada conformidad del Senado, el pañuelo blanco pasará a formar parte de los símbolos patrios oficiales como la Bandera, el Himno, el Escudo y la Escarapela.
Apreciando que además de lo expuesto la conducción y las principales dirigentes de las Madres asumieron y tomaron como bandera propia la causa revolucionaria y violenta de las organizaciones guerrilleras que pusieron en vilo a la Argentina en los años setenta, realmente la decisión del Congreso importa crear un nuevo e inaceptable emblema oficial de la Nación pues como bien lo señala la nota periodística que pongo de manifiesto "Los pañuelos blancos acompañaron las convocatorias y los eventos kirchneristas. Gran parte de la ciudadanía no sólo les ha perdido respeto y simpatía, sino que los relaciona con los rasgos totalitarios y corruptos de este gobierno. De ninguna manera resulta aceptable que el pañuelo de las Madres pase a constituir un emblema oficial de la Nación. Sólo producirá más enfrentamiento y división en un país que reclama paz y reconciliación"
Una vez más los representantes del pueblo obviaron apreciar la voluntad del soberano en su integridad a la vez que aprovecharon la ocasión para contrariar la Unión Nacional que manda la Carta Magna ahondando estériles divisiones y enfrentamientos en un desafortunado país sin rumbo ni destino. |