Quillagua es un pueblo ubicado a orillas del río Loa, de la república de Chile, en pleno desierto de Atacama que fue un auténtico oasis, un vergel dedicado a la agricultura y a la pesca donde se destacaban la producción de alfalfa, choclos, y la captura de pejerreyes y camarones que se obtenían en abundancia del curso de agua que llevaba vida y progreso a los habitantes del lugar.
Mas un día irrumpieron las mineras y comenzaron a explotar intensamente la riqueza que guardaba la tierra en sus entrañas, los desperdicios de la actividad eran depositados en piletones o relaves que en el año 1980 desbordaron por las lluvias que arrastraron los químicos cancerígenos y sustancias tóxicas desechadas al río Loa y fue la muerte de todo lo que lo que era vida en Quillagua que se convirtió en el lugar más seco del mundo, migraron sus habitantes y hoy en medio de la nada sobreviven 100 personas mayores de edad que viven de su jubilación rodeadas de arena, viento y silencio.
Quillagua dejará de ser cuando muera la última de esas 100 almas que sobreviven en ese pueblo que fue una maravilla de vida antes que la contaminación del agua provocada por la minería en gran escala acabara con ese amable oasis a orillas del río Loa en el norte chileno.
Esta trágica realidad es la que muestra el cineasta Jorge Marzuca Venegas (Las cuatro esquinas, 2010) en "Las cruces de Quillagua", un documental autogestionado que ha ganado el premio del jurado en FRIDOCS 2014 y que muestra los irreparables perjuicios, la desertificación de la minería en gran escala y la consiguiente contaminación que provocó la muerte del río Loa pleno de vida y la del oasis agrícola que se había desarrollado a su vera (Ver sobre lo expuesto El Mercurio de Valparaíso del 05/07/ 2014 y www.elmostrador.com).
Lo consignado viene a cuento para que se tengan presentes los daños irreparables producidos por mega emprendimientos mineros, de explotación de petróleo y gas donde la contaminación y su secuela de desertificación y muerte, de la cual nunca se habla, está presente y ha dejado su marca en pueblos como Buta Ranquil, Rincón de los Sauces, Cutral -Co, Plaza Huincul y hasta el mismo Alto Valle de Río Negro y Neuquén y que ya se aprecia en Vaca Muerta y el desafortunado pueblo de Añelo debiendo sumarse a la desgracia el alcohol y la droga que afecta fatalmente a los trabajadores de la soledad el viento y el silencio.
En suma el bienestar no se mide en toneladas de mineral ni barriles de petróleo, que a lo sumo se traducirán en renta espuria para los buitres de ocasión, sino en el feliz pasar del hombre que vive de sus manos, en la tierra noble, regada por agua ausente de vicios en días plenos de sol y celeste cielo con noches blancas de estrellas que dejarán de ser por el desmedido afán de lucro de un puñado de abusadores que violando el poder que el pueblo les dio llevan la corrupción y muerte allí donde la vida alguna vez fue. |