Un país deja de ser cuando ya no es pensado, cuando en el concierto de las naciones a ninguna se le ocurre proponerle una asociación seria en vista a lograr en conjunto un desarrollo productivo, cuando desaparece de la agenda de los foros internacionales relacionados con el tratamiento de temas que interesan para insertarse en el siglo XXI, cuando los grandes inversores no lo eligen para convertir sus recursos en riquezas, cuando se transforma en el pariente pesado y molesto que siempre genera problemas sin aportar soluciones, cuando la soberbia y la petulancia de sus autoridades hace que se lo sepulte en el fondo del cajón de las malas cosas, cuando no es tenido en cuenta por técnicos y científicos extranjeros jóvenes como tierra donde desarrollar sus méritos profesionales y asentar su familia, cuando los oriundos de cualquier edad migran incesantemente para escapar del destino de pobreza que le prometen los malos políticos que instrumentan pésimos gobiernos.
Alberdi decía "La soledad, el atraso y la pobreza son los verdaderos enemigos de la Patria y para superarlos son necesarios dos cosas capitales: abrir las puertas del país para que todos entren y asegurar el bienestar de los que en el penetren: la libertad a la puerta y la libertad adentro. Si abrís las puertas y hostilizáis dentro, tendréis prisioneros no pobladores; cazaréis unos cuantos incautos, pero huirán los demás. El atraso quedará vencedor en lugar de vencido. Hoy es harto abundante el mundo en lugares propicios, para que nadie quiera empobrecerse por gusto. Esta política no hace más que garantizar la soledad y la pobreza; Ello no es un Estado, es el limbo político y sus habitantes son almas errantes en la soledad del desierto"(Juan Bautista Alberdi, "Obras Selectas").-
Y eso es lo que se ha conseguido en Argentina con políticas que cierran las puertas al desarrollo y el progreso abriéndolas de par en par al narcotráfico y a la trata de personas, desalentando el empleo y el salario digno, creando una casta de privilegiados que se enriquecen en los empleos públicos a pesar de carecer de méritos y luces, aplaudidores crónicos, levantamanos legislativos, sumisos administradores de justicia, dejando hacer al crimen en todas sus modalidades, generando una situación de inseguridad que ha transformado al país en un lugar invivible.
Para culminar su obra destructiva nuestros gobernantes nos han llevado a la quiebra, dilapidando y apropiándose, los más astutos, de los recursos que en abundancia ingresaron en los últimos diez años circunstancia que nos llevó de la opulencia de lejanas épocas a la miseria más absoluta
Y así trabando inversiones, clamando una coima a cada empresario que pretendía aportar capitales y experiencia en suelo Argentino, adoptando la filosofía del mal pagador que deja de honrar sus deudas, el país es obviado por naciones, empresas e individuos plenos de industria y libertad, y por ello, a pesar de poseer uno de los territorios más ricos del mundo, ya no es pensado, corriendo el serio riesgo de dejar de ser.
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