Durante el gobierno kirchnerista Argentina batió récords en materia de ingresos que superaron los trescientos mil millones de dólares suficientes para pagar toda la deuda externa, crear empleo genuino, implementar obras de infraestructura relevantes como caminos, ferrocarriles, encarar la explotación integral de la riqueza hidrocarburífera con punta en Vaca Muerta, acabar de una vez y para siempre con las carencias en educación, salud y seguridad, para construir, en suma, un refugio en el mundo apetecido para vivir por su inagotable riqueza y la incomparable belleza escenográfica presente en cada rincón de un lugar con el que Dios fue extremadamente generoso.
No fue así, no se invirtió un solo dólar en el desarrollo integral de la nación, en la transformación de sus recursos en riquezas, en el bienestar general del pueblo, no se crearon empleos genuinos con sueldos dignos, se dilapidó el dinero en desopilante publicidad oficial, en fútbol para todos, en la inauguración de empresas de cartón pintado, se abrió las puertas al narcotráfico y a la trata de personas, se convirtió al país en una gran villa miseria, - de allí el proyecto de Cabandie y Larroque de reivindicación de los valores villeros - se utilizaron testaferros para hacer desaparecer activos en cuentas extranjeras, en paraísos fiscales, se gobernó en beneficio propio, se utilizó impúdicamente y en exclusivo y excluyente beneficio de los dueños del poder las instituciones del Estado y así el Congreso no fue el Palacio de las Leyes donde la discusión rica y patriótica de las ideas llevara a la realización de creadores y progresistas proyectos de ley, sino un centro de levantamanos sumisos al ejecutivo que nos llevaron a la ruina y a la vergüenza internacional como fue el ominoso pacto con Irán.
Los jueces a su vez resignaron valores e independencia persiguiendo y castigando al ciudadano honesto y privilegiando a corruptos de toda laya.
Llegados a este punto, en medio de una de las situaciones de conmoción más grande que hemos vivido, abrumados por el cierre de fábricas, asesinatos de niños y ancianos, violaciones, robos y ultrajes que superan al Código Penal ningún responsable del "modelo" se atreve a explicar que se hizo con los dineros públicos que abarrotaron las arcas del Estado, con ese crecimiento a tasas chinas, con la riqueza que nos trajo el viento de cola, con esa pretensión de inclusión social ilimitada.
El silencio, la quiebra, el hambre, el desempleo es la respuesta, obviamente inaceptable, pero que algún pacto espurio al tiempo del voto determinará que sólo se trata de una pizca de pobreza, que un poco más de villas y tomas no hacen mal a nadie, que yo te garantizo la impunidad, que aquí no ha pasada nada.
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