Vaca Muerta es en este momento la joya más preciada y disputada por el gobierno nacional, la provincia del Neuquén y las empresas, en tanto está comprobada una riqueza segura y abundante que otorgará uno de los yacimientos de petróleo y gas más relevantes del mundo entero.
Como suele suceder, nadie piensa en los superficiarios, políticos y empresarios olfatean beneficios importantes para sus más caros intereses, esto es los propios, los de sus parientes, amigos y referentes, una tabla de salvación para sus vidas y las de sus descendientes por varias generaciones.
No es algo novedoso, sólo por nombrar un par de zonas petroleras prolíficas en Neuquén, diré de Rincón de los Sauces, ciudad plena de carencias, pobreza, promiscuidad, precariedad insolente, en calles, alumbrado, salud y educación, donde el oro negro extraído de la zona dió y sigue dando lucro trascendente que no se refleja en la calidad de vida de sus habitantes,
Otro ejemplo de la falta de inversión en provecho de la gente lo constituyen las ciudades de Plaza Huincul y Cutral-Co, eternamente postergadas, con graves carencias de provisión de agua potable en pueblos sedientos en pleno desierto neuquino, educación, salud y seguridad inadecuadas, sólo la política partidaria, el interés egoísta de dirigentes que viven opulentamente mientras que el bienestar general son meras palabras en el discurso de ocasión normalmente al tiempo de la elecciones
Los habitantes de Neuquén Capital, Zapala, San Martín de los Andes, Villa la Angostura, Añelo, Chos Malal, y de todo el Neuquén profundo y olvidado, no escapan a la regla de insatisfaccion de necesidades básicas respecto del hombre de a pie, en particular en seguridad, salud, viviendas, mientras un pequeño grupo de privilegiados afines a los amos disfrutan, sin padecer de las secuelas del desempleo, de recursos insuficiente para alguilar un inmueble adecuado para construir el hogar donde cobijar la familia, todo ello a pesar de estar viviendo sobre un lago de gas y petróleo explotado brutalmente por gobiernos y empresas que nunca traducen la riqueza en beneficio de algún tipo para el pueblo, que es un mero observador, un sobreviviente de leyes y decretos que reparten rentas que nunca llegan al hombre de a pie.
Quizás por una vez esta fórmula cambie, el producto del incomparable yacimiento de Vaca Muerta se traduzca en elementos humanos y materiales que brinden al hombre común y sus hijos viviendas, educación y salud de excelencia, trabajo y salario permanente y digno y allí no importará quien sea titular o administre los hidrocarburos, pues el pueblo - titular del beneficio - sabrá para siempre del sabor de la vida que merece ser vivida. |