El Congreso de la Nación también llamado Palacio de las Leyes se integra con la Cámara de Diputados que representan a todo el pueblo de la Nación y la de Senadores de cada una de las Provincias, es el Poder Legislativo y tiene la responsabilidad de dictar las normas que rigen la vida del pueblo.
No obstante que por su rol debería ser un cuerpo activo, ocupado y preocupado en proveer una profusa legislación que responda a las necesidades de reglar la compleja realidad con asistencia continua diaria de sus miembros que no tienen horario fijo para el trabajo, mas ello no es así.
En efecto en el programa de televisión del Dr. Nelsón Castro del día 11/08/2015, se puso de manifiesto que si bien en años comunes las reuniones no tienen la asiduidad deseada con ausencia crónica tanto de diputados y senadores, en los años electorales las sesiones se reducen al mínimo para justificar la existencia del Palacio Legislativo como órgano del poder normativo del Estado.
Así en lo que va del 2015 se han concretado 6 (seis) sesiones en la Cámara de Diputado en una que tuvo lugar la Asamblea legislativa, una sesión preparatoria, tres sesiones convencionales y una sesión de bienvenida al presidente de Bolivia Evo Morales, a su vez la Cámara de Senadores tuvo 9 (nueve) sesiones que fueron iguales a las de Diputados pero con seis sesiones convencionales.
En suma el Congreso no ha trabajado en el presente año a pesar de estar pendiente leyes fundamentales para la sociedad como ley de tránsito que prevee la manda de alcohol 0 (cero), La ley que tipifica el delito de venta de bebés, la ley de debate presidencial, la ley para modificar el sistema electoral, la ley de extinción de dominio de los bienes secuestrados a los narcotraficantes, la ley de tipificación del delito de las barras bravas, etc.
No obstante la manifiesta inasistencia a sus labores específicas, el incumplimiento de su rol de mandatarios del pueblo ávido de leyes que hagan a su vida y a su seguridad entre otras necesidades cotidianas, los señores legisladores cobran puntualmente una retribución de $ 92.500 distribuida en $ 53.000 de sueldo neto, $ 10.000 en concepto de gastos de representación, $ 10.000 por desarraigo y $ 19.500 de viáticos.
Lo expuesto precedentemente no puede justificarse de manera alguna y menos alegando que el presente es un año electoral, por el contrario es una manifiesta irresponsabilidad de los legisladores respecto del cumplimiento de su deber y corresponde que restituyan el dinero percibido sin trabajar y que en la medida que sigan sin laborar se abstengan de percibir las remuneraciones pendientes pues en ningún supuesto se puede cobrar suma alguna de dinero sin que exista causa legítima para ello y menos cuando se trate de la omisión de ejercer una función esencial para el correcto funcionamiento del Estado. |