Quizás los dirigentes políticos argentinos no puedan vivir sin el látigo en la espalda, someterse silenciosamente cuando hay un amo/a que los maltrata, que están cómodos en una situación de víctimas del sistema sin formular objeciones de trascendencia, que son afines a la mediocridad y aplauden la designación de amigos sin antecedentes en los cargos relevantes.
Lo expuesto viene a cuento por los furiosos ataques que ha recibido y recibe el Señor Presidente Mauricio Macri por haber designado a dos juristas de excelencia y de manera provisoria en la Corte Suprema de Justicia de la Nación de parte de abogados y periodistas que lo condenan a muerte por el acto irreprochable de haber aplicado aceleradamente la Constitución Nacional, específicamente el artículo 99 inciso 19 de la Ley de Leyes que expresamente autoriza al presidente que estando en receso el Senado designe a Jueces de la Corte Suprema, embajadores y oficiales superiores de las fuerzas armadas de manera provisoria hasta que el Congreso en sesiones ordinarias ratifique o rectifique esos nombramientos.
Se llegó a tal punto de crítica absurda que el Dr. Ricardo Gil Lavedra afirmó que la aplicación del precepto constitucional era inconstitucional, o el constitucionalista Dr. Daniel Sabsay que sostuvo que tal decisión era un acto antidemocrático, o el diputado Miguel Ángel Picheto que no dudó en calificar de disparate el acto del Señor Presidente o Margarita Stolbitzer que exclamó que ni Cristina se había atrevido a tanto, olvidando sorprendentemente los 69 jueces y fiscales federales que la Señora ex Presidente con fecha 3 de junio de 2015 nombró en un sólo decreto, y otras expresiones descalificadoras que coinciden en remarcar el carácter gravísimo de tal acto de gobierno legítimo y constitucional.
Realmente como se puso de manifiesto en el programa Hora Clave del periodista Mariano Grondona cuesta entender tales expresiones, no porque no se esté de acuerdo con la forma elegida por el Señor Presidente para normalizar el Tribunal Supremo del país con juristas notables como se coincidió en todos los casos así por ejemplo Sergio Massa afirmó que la excelencia de los nombrados es irreprochable, pero la forma de designación es horrible, sino por la ira inocultable en la manera de hacer la crítica, como si el Señor Presidente hubiese cometido un delito de lesa humanidad. No fue solamente disentir, sino utilizar términos impropios para hacerlo.
La democracia republicana se caracteriza justamente por el intercambio de opiniones diferentes formuladas con respeto aunque sean duras pero aparece extraño cuando las mismas son arteramente descalificadoras a pesar que lo actuado se ajuste estrictamente a la norma constitucional y tenga por fin cubrir transitoriamente una necesidad requerida por la propia Corte Suprema con carácter meramente provisoria y que en un par de meses será resuelto por el Senado como marca la ley.
Reitero, no ayuda a la dura tarea que enfrenta el nuevo gobierno que recibió un país quebrado, sin reservas ni energía, con la corrupción que aparece aquí y allá, que el disenso se exponga con expresiones agraviantes y sin desarrollar el fundamento.
Tan dura fue la critica que ya La Cámpora aprovechando el fuego aliado ha organizado una manifestación para el jueves 16 reclamando por la "inconstitucional" designación en la Corte de dos de los mejores juristas con que cuenta el país alterando el orden y la paz pública.
Pienso que hoy tenemos una excelente oportunidad para hacer el gran país de Juan B. Alberdi, pero también sé que los políticos argentinos una y otra vez han frustrado las mejores intenciones por elegir inexorablemente el látigo y el maltrato antes que el bienestar general del pueblo y la grandeza de la Patria. |