Escrito por hector luis manchini
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Viernes, 23 de Julio de 2021 19:04 |
“Una nación que cría hijos que huyen de ella por no transigir con la injusticia, es más grande por los que se van que por los que se quedan.” ÁNGEL GANIVET
La crisis que estamos atravesando y que alcanza a todas las actividades de las naciones desde el trabajo, el estudio, los paseos, etc. todo a raíz de la aparición en el mundo del SARS-CoV-2 que provoca, desde el desarrollo en el humano enfermedades graves hasta incluso la muerte, a tal punto que Argentina ya ha sobrepasado los 100 mil decesos.
El virus se transformó en pandemia y por un capricho ideológico del gobierno se compró mal, desechando las vacunas del imperio, todo ello acompañado de promesas que acabaron demostrando que eran mentiras sin sustento, el padecimiento no se fue en un corto tiempo, sino que persiste obstinadamente sin que se pueda apreciar que acabará en algún momento, es una maldición perversa, que no respeta, que te lleva desde el sufrimiento intenso, insoportable hasta la muerte.
El mal manejo de la situación por el gobierno con cuarentenas larguísimas y absurdas, sin vacunas suficientes y adecuadas, culminó afectando la salud de los habitantes con la excusa de que el presidente prefería la quiebra de las actividades económicas antes que la muerte de 100 mil personas.
La realidad fue absolutamente contraria a esa apreciación y hoy la desesperanza y el desasosiego se hace carne en el pueblo, y particularmente en los jóvenes que tratan de agotar las oportunidades que se les presentan para marchar rumbo al exilio, buscando hacer realidad sus sueños de triunfo que en la mayoría de los casos acaban siendo una pesadilla, un mal sueño, pura utopía.
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