La ludopatía es una enfermedad que empuja a la persona hacia un abrumador e incontrolable impulso de jugar, el impulso persiste y progresa en intensidad y urgencia consumiendo cada vez más tiempo, energía y recursos emocionales y materiales de que dispone el individuo. Finalmente invade, socava y a menudo destruye todo lo que es significativo en la vida.
La OMS reconoce desde 1992 a la ludopatía como una «enfermedad o trastorno mental».
Se trata de la adicción al juego, una adicción prácticamente incurable, que únicamente puede ser abatida no jugando cada día.
En atención al daño que genera la ludopatía tanto en el ámbito personal como el familiar y social determina que el Estado prohíba sin excepciones las salas de juego, más aun en este país donde se han cerrado 20 mil empresas lo que provocó la perdida del trabajo de 100 mil personas, muchos de los cuales han intentan llevar sus ahorros al casino donde lo pierden irremediablemente.
El drama de la adicción al juego es de extrema relevancia a tal punto que en España se considera que hasta un 90% de los jugadores patológicos presentan ideación suicida y cerca del 20% de los adictos al juego se autolesionan, por lo que se constata que la tasa de suicidio es 6 veces superior a la de la población general, alcanzando a 200.000 el número de víctimas (www.elsaltodiario.com).
En Argentina el problema se centra en las máquinas tragamonedas que con música y colores atraen al posible jugador, remarcando que está probado que las tragamonedas devuelven al jugador un % fijo del dinero pactado, pero sepamos, que si se juega en forma continuada se pierde siempre irremediablemente. |