El día que anunciaron que se incorporaba como juego olímpico el ciclismo BMX en la modalidad de estilo libre y además que en ésta oportunidad competiría el argentino José «Maligno» Torres mi curiosidad e ignorancia respecto del deporte en cuestión y las habilidades del deportista superaron desde que comenzó el ejercicio todas mis expectativas pues el cordobés parecía tener aptitudes físicas y técnicas extraordinarias que excedían al humano común, pues así como se lanzaba al vacío con su bici reaparecía en instantes hacia la cima con un nivel de velocidad y altura que compartía con los árboles que rodeaban el circuito, provocando la ilusión que poseía alas y que si se lo proponía podía llegar al cielo.
Al finalizar el recorrido se presentía que el «Maligno» nos iba a regalar la medalla de oro tan apetecida.
Y así fue, no solo aprendí que el BMX freestyle o modalidad libre era un hermoso deporte para jóvenes inquietos y extremadamente hábiles, sino que sin duda se repetirá en los próximos juegos.
El periodismo lo reporteo en su casa y allí se presentó una familia que lo apoyó permanentemente, un padre y una madre amorosos y un hermano compinche y una fábrica de BMX o bicicross casera rodeado de un puñado de colaboradores entusiasmados y preparados para el próximo desafío.
Aquí quiero explicar porque José Torres lleva el apodo de «Maligno» en realidad es una ocurrente designación para bautizar a un amigo de las bromas no livianas sin secuelas de ningún tipo, y además destacar su personalidad familiera, amante de las cosas simples, un muchacho común.
En conclusión, José «Maligno» Torres se ha presentado en la alta sociedad deportiva poniendo de manifiesto todo su talento, evidenciando el profundo amor por los amigos y la familia esto es un argentino hecho y derecho.
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