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Escrito por hector luis manchini
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Domingo, 24 de Abril de 2011 22:01 |
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La ludopatía es la más grave adicción que puede afectar a una persona. Está al alcance de la mano de cualquiera y atrae - sustancialmente - a los individuos de bajos recursos económicos que pretenden salir de sus penurias por medio del azar, de las tragamonedas, culminando demasiadas veces tal proyecto con el suicidio, episodios de violencia de distinto tipo, la disolución familiar.
La autorización indiscriminada de permisos para explotar el juego en todas sus formas es un acto de participación en la relación que culmina con la adicción y sus desgraciadas secuelas.
Ello es así pues al conceder la autorización para que funciones una sala de juego se esta facilitando a las personas más vulnerables, el medio para transformarse en ludópata alentando la disolución familiar y la violencia.
No sólo es un criminal el que dispara el arma que mata a otro sino también el cómplice que al entregarle el revolver le facilitó el medio sin el cual el delito no se hubiera cometido.
Así cuando una persona se suicida a causa del juego, o la familia se hace trizas por la misma circunstancia o la violencia indiscriminada es la loca salida que encontró el adicto para resolver el drama de haber perdido todo, no nos equivocamos al afirmar que el jugador compulsivo no es el único responsable de esos hechos, sino que también lo son -sin duda - los que le pusieron, a pasos de su casa la máquina tragamonedas que se llevo toda su vida, esto es, los funcionarios que autorizaron la apertura del casino.-
Para apreciar la gravedad de la enfermedad mencionaré uno de los mejores trabajos escritos sobre el tema cuando al remarcarse la necesidad de resolver este flagelo por parte de los organismos pertinentes del Estado se indica: “Es necesario dar información sobre el contenido de esta patología para que conociéndola los profesionales de la Salud Mental puedan detectar y actuar sobre una enfermedad que presenta ideas e intentos de suicidio, ruptura familiar, violencia y que se incrementa de modo alarmante en nuestra sociedad debido a las incesantes ofertas de juego de azar....adicción implica dependencia. La ecuación simbólica sería: dependencia-esclavitud. En la dialéctica del amo y del esclavo, Hegel plantea que para que el amo sea amo debe existir un esclavo y viceversa. En este caso es el sujeto adicto quien depende de una sustancia o práctica, es el esclavo. Es quien sacrifica su libertad, deja de controlar su vida. Es el amo, la sustancia, objeto o práctica adictiva quien maneja toda conducta del esclavo, del adicto". (Ludopatía, por Susana Elena Calero, médica psiquiatra, Legista)
El juego, sustancialmente las tragamonedas autorizadas a funcionar por el Estado, transforma al individuo en un esclavo, en un adicto que pone punto final a su libertad, al dominio de su vida y por ello, siendo de rigor la pérdida de cada centavo jugado hasta acabar con su patrimonio y dignidad, se culmina en las trágicas consecuencias descriptas como punto final de esta perversa relación lúdica.
Los intereses involucrados en este negocio -por más importantes que sean -son incomparables con los inevitables resultados desgraciados de muerte y violencia a que lleva esta adicción.
Señores del poder, mis mandatarios, no se puede seguir en esta senda de sistemática destrucción del individuo, de la familia. Se requieren soluciones drásticas que de no tomarlas los harán partícipes necesarios en cada muerte, en cada episodio de violencia que tenga como causa las secuelas del juego compulsivo. |
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Última actualización el Domingo, 24 de Abril de 2011 22:03 |
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