En un excelente trabajo de Ana Kunz (2008) titulado "La anomia y su influencia en problemas de ineficiencia social e ilegalidad en Argentina. Documento de Trabajo 218. Universidad de Belgrano. http://www.ub.edu.ar/investigaciones/dt_nuevos218_kunz.pdf", se pone de manifiesto que a partir del momento de la instalación de la riqueza en la Argentina la decadencia ética, política y social se fue acentuando hasta el presente que vivimos con pena, y desorientados, sin encontrar una salida a la vista.
En efecto pensadores, escritores, hombres de ciencia y personalidades de todos los ámbitos han coincidido en remarcar los datos esenciales de nuestra manera de ser.
Así Alexis de Toqueville sostenía que en estas tierras no obstante ser tan ricas como las del norte no se podía establecer la democracia ni generar los recursos necesarios para proveer a su felicidad debido a sus costumbres y al estado moral de su gente; Max Weber y sus obras "Ética Protestante" y el "Espíritu del Capitalismo" señala que “... la falta de una cultura del trabajo y de austeridad serían un factor determinante del pobre desarrollo capitalista de países como el nuestro".
A su tiempo Mallea en “Meditación en la Costa” (1939) dice "… pero aquel recién llegado a Buenos Aires, una ciudad nueva, es un país de grandes distraídos, nadie tenía tiempo para cuestiones esenciales" preguntándose si ello no traducía un peligro de disgregación, considerando que sí existía tal riesgo, "...tanto mayor cuanto que nadie quería detenerse, establecerse, hacer más fuerte esa fidelidad al espíritu de Nación sin la cual un espíritu no persiste integro"; Lucio V. Mansilla destacaba nuestra nativa negligencia y el desinterés por toda empresa de alto rumbo; Eduardo Wilde apreciaba una “...afanosa búsqueda de acomodo , donde se trabaje poco y se gane mucho”; Estalisnao Zeballos afirmó que "Se vive en plena confusión de los medios con los ideales”; Juan Agustín García en “La Ciudad Indiana” afirma "La podredumbre se inicia en las clases superiores, desciende y se infiltra en todo el organismo social...todos viven en una atmósfera de mentiras, fraudes y cohechos, la sociedad se educa en el desprecio de la ley”.
Las opiniones precitadas son coincidentes en destacar un estilo de vida propio de los argentinos sin apego al trabajo, la ética ni a la ley.
Lo apuntado es remarcado por el abogado y político italiano G. Bevione en su obra “L’ Argentina de 1911”, donde el autor enumera con sentido crítico una serie de rasgos del estilo de vida de los argentinos: Dilapidación del dinero público, corruptela política, abandono de la justicia, odio difuso del trabajo productivo, prodigalidad del nuevo rico, todo lo cual afirma, está generando una gran crisis en el Argentina. Y agrega, el país está sacudido por el ave negra de la corrupción,...los empleados públicos no trabajan, la coima corre siempre, la presión fiscal es fuertísima. Sostiene también que es un país donde el poder judicial no tiene independencia y el poder ejecutivo no tiene frenos" (Todo de Ana Kunz obra citada, págs. 6 y 7).
Lo expuesto destaca la opinión de múltiples figuras relevantes que en sus opiniones coinciden respecto de las aristas negativas de la forma de ser y estilo de vida de los argentinos en distintos momentos de la historia nacional y que asombrosamente son iguales a las que hoy criticamos y pretendemos modificar de alguna manera.
Ha pasado demasiado tiempo y nada ha mejorado, al contrario el escenario es dramático ante la falta de posibilidades de hallar soluciones idóneas en cualquier área.
No obstante debemos superar el pesimismo que nos embarga al apreciar que luego de recorrer un largo camino desde nuestra existencia independiente estemos en el mismo lugar. Empantanados en la transgresión de la ley, en una justicia ausente y por eso coincido con la aquellas opiniones que auspician la necesidad de poner en funcionamiento el sistema de premios y castigos y que la educación normativa sea una realidad. Definitivamente los argentinos debemos hallar la fórmula de dejar a un lado la viveza y respetar estrictamente la ley. |