Mi sueño es liviano cualquier cosa me despierta.
En Zapala habito una casa que está ubicada a metros del Regimiento y cada 9 de julio era despertado 06.00 hs. A.M. por el bullicio de la banda militar que me recordaba que ese era el día de mi Patria.
Este año no hubo despertar con sones de de marchas asumidas con entusiasmo y energía. El silencio me hizo pasar de largo, me desperté como cada día y tuve la duda si en realidad mi sueño se está siendo pesado, la banda no celebró en el horario de costumbre la independencia de una nueva y gloriosa Nación o si lo hizo en voz baja, para no molestar a los vecinos.
Me quedé pensando y la nostalgia se hizo presente. La emoción de mi niñez cuando mis viejos cada 9 de Julio me llevaban a la Avenida 9 de Julio, en el "centro" a ver cara a cara el desfile grande, el relevante, con todos los detalles que hacía a una jornada de gloria, donde mi corazón de purrete latía a mil cuando pasaba majestuosa la bandera azul y blanca con los colores del cielo.
Una multitud adelante que llegaba temprano para conseguir el lugar más cercano, para no perderse nada. Yo siempre sobre los hombros de mi padre con una escarapela inmensa en el lado del corazón y una banderita argentina en cada mano.
Gente aplaudiendo emocionada el paso de la enseña Patria, de los gallardos soldados de mi país, la brigada vestida de blanco impecable con las tablas al hombro del Regimiento de montaña, el cielo siempre celeste intenso el sol brillante y La Patria se hacía presente en cada lugar.
Momentos inolvidables que se repitió varias veces en mi vida. Desfilé en el día de la Patria como estudiante y soldado, paso firme, pecho lleno de orgullo, emoción en el corazón, siempre festejo que culminaba con un sentido ¡¡¡Viva la Patria!!!
Allí acabó la nostalgia para asumir el presente, la mejor pilcha, la bandera en la ventana y la escarapela en el corazón como siempre, como toda la vida como cuando festejábamos con mis padres en el desfile grande en "el centro", allá en mi lejana Buenos Aires.
Encaré la calle con el sentimiento patriótico estimulado por la revisión de los inolvidables días de la Patria de mi pasado registrado en el disco rígido de mi vida y el frío, la soledad y el viento fue la respuesta.
Caminé calles desoladas, ventanas ausentes de banderas argentinas, pensé que me había equivocado de fecha pero no compré el diario que me confirmó que era 9 de julio del 2012, el día de La Patria.
Pregunté qué pasaba, porque no había autos con la bandera argentina, hombres y mujeres con la cinta argentina en el corazón.
Eso ya fue, me dijo el mocoso que me vendió el periódico ¡Eso sucedió el 9 de julio de 1816! ¡¡¡Usted durmió casi 200 años!!! Hoy...hoy es ¡¡¡Fin de semana largo!!!
Aguardé paciente, sólo me encontré, entrada la tarde con un discurso breve y de ocasión, un Himno Nacional a cargo de una banda policial que hacía sus mejores esfuerzos para concretarlo, y desconcentración de los tres gatos locos que fuimos por la Patria y volvimos a nuestros hogares tristes, decepcionados con la sensación que la gloriosa Nación estaba dejando de ser.
Al día siguiente el diario me anuncia que en todos lados el día de La Patria se "recordó" con espíritu burocrático, porque no había otra, total ausencia de fervor patriótico.
Hace un par de meses insté a colocar la bandera Argentina en el mástil del muelle del Lago Lacar incluso doné una, presenté notas en Turismo de San Martín de los Andes, publiqué cartas, notas, todo en vano quedé como el loquito de la bandera.
Mi insistencia aparecía molesta, sentí que se consideraba que mi reclamo era una tontería, que había otras cosas más importantes para la gente que nos gobierna.
Y así es. Para este país, al menos para aquellos que nos representan, hay cosas más importantes y de la Patria no se habla y si se hace, en voz baja, y boca cerrada a la hora de cantar el Himno Nacional Argentino, porque hasta su letra es ausencia y la ausencia culmina en el olvido, la Nación se vacía de contenido y sus habitantes se han convertido en apátridas por desidia, porque el fin de semana largo es imperdible.
Pero La Patria renacerá, hay multitud de corazones que laten emocionados cuando vemos que flamea majestuosa la bandera que nos legó el General Don Manuel Belgrano, la gloriosa azul y blanca, con de los colores del cielo. |