Vivir en el pasado, sin apreciar el presente ni preocuparse por el futuro es una tontería que debe desterrarse definitivamente en este país rico y pleno de posibilidades. Como dice la canción la historia la escriben los que ganan y por ello, por su necesaria parcialidad le desconfío.
Hay que terminar con odios, iras y venganzas sepultar profundamente un pasado que como tal ya no existe, fue. Así como los individuos son hoy la expresión de lo bueno y malo que quedó en el ayer, con los países sucede lo mismo.
Es malo escarbar en la historia para destacar aquel pensamiento que nos parezca relevante, copiarlo y convertirlo en una obstinada ideología que no admite ser contra decida. Si estamos seguros de nuestras ideas olvidemos que hizo fulano o mengano respecto de determinadas situaciones y expongamos y llevemos adelante nuestra propuesta sobre lo que hay que hacer hoy para que las cosas mejoren, para que no haya mas enfrentamientos entre hermanos, que nuestros hijos y nietos tengan acceso a una educación de excelencia, que la salud sea un bien con el que todos pueden contar, que podamos volver a caminar por las calles sin miedo a que nos agredan, que desterremos definitivamente las rejas de nuestras casas que nos convierten en prisioneros y hacer realidad tantas inquietudes que nos permitirán superar carencias, devolver las sonrisas, disfrutar lo bueno de la vida y cada una de esas intenciones plantearlas ya, sepultando intolerancias y todo lo malo de ese pasado que no nos deja avanzar.
Si algo aprendí en mis 65 años de vida es que nadie es dueño de la verdad, cada vez que alguien nos demuestre que nuestra concepción es errada, que el camino alternativo propuesto es mejor para lograr el bienestar general, hay que resignar sin peros ni condiciones nuestros argumentos y quedarnos con la opinión ajena diferente por ser superadora, porque ayuda a realizar el interés de la sociedad en su conjunto de una manera más contundente de la que sostenían nuestros pareceres
En suma es hora de vivir el presente y construir el futuro de grandeza que soñaron los Padres de la Patria, abatiendo mezquindades, cerrando para siempre las heridas del pasado, y así juntos e inteligentemente tolerantes, a pesar de nuestras diversas opiniones sobre los distintos temas, consolidar la Patria, trabajar para que Argentina sea, como sucedió alguna vez, una tierra atractiva y de promisión para propios y extraños. |