Ilustracion de Alejo Andina
Que navegando por internet me encuentro con una declaración del Colegio de Abogados de Rosario según la cual "Acá el gobierno perdió la batalla contra la droga. Fíjese que un soldado contratado para custodiar un búnker donde se vende cocaína supera a lo que cobra por año un policía. A esos chicos no les importa si pierden la vida trabajando para un narco, porque parados con un revólver en la puerta del búnker se sienten señores, se sienten respetados y, fuera de ese contexto, lo único que tienen es pura vejación".
Que la afirmación puesta de manifiesto en el párrafo precedente coincide con las manifestaciones, filtradas por Wikileaks en 2011, del Ministro Aníbal Fernández quien habría afirmado "No quiero engañar a nadie con que el Gobierno (argentino) puede ganar la batalla contra las drogas" (http://www.montevideo.com.uy).
De ninguna manera el gobierno nacional o los gobiernos provinciales puede expresar su incapacidad para enfrentar el flagelo del narcotráfico y adoptar las medidas que sean menester para desterrarlo de la vida cotidiana de los argentinos.
La negativa de las autoridades en eludir dar batalla a la multitud de carencias que el hombre de a pie viene padeciendo en nuestro país se ha convertido en una mala costumbre que culminará con una nación deshecha y como tantas veces he dicho en tierra arrasada y sus habitantes convertidos en almas errantes en la soledad del desierto.
El sueño de la gran Nación Argentina se transformará en una pesadilla de jóvenes sin futuro, de niños que morirán al poco tiempo de nacer, de adultos que no llegaran a la vejez, de un pueblo que privado de trabajo subsistirá con las monedas que el amo de turno decida obsequiarle.
Así está sucediendo en Rosario donde los narcos le pagan a cada joven 150 pesos para incorporarlos al ejercito de la adicción y la violencia sin que los gobernantes muevan un dedo para impedir una situación que constituye ni más ni menos que el principio del fin para cualquier pueblo.
De algún lado deben aparecer ideas que vayan más allá del enriquecimiento personal de los funcionarios, de cepos que nos impiden hasta vivir, de emprendimientos incomprensibles donde se dilapidan los fondos de los jubilados para financiar fracasos como Aerolíneas Argentinas, Futbol para Todos, empresas comerciales al exterior para vender vino a los musulmanes, abstemios por orden del Corán o hurgar en las viejas cuevas de la guerra de Vietnam.
Obviamente la pretensión del pueblo es, al menos, si no lo gobiernan con inteligencia que no lo destruyan bajando los brazos ante los grandes males que como el narcotráfico, la trata, la corrupción, la desnutrición, la ignorancia, etc. deben se enfrentados con firmeza y convicción por quienes han recibido la confianza del voto popular.
No actuar conforme a las circunstancias, no oponerse con fiereza al narcotráfico, la trata, la corrupción, y mil desgracias que aquejan a los argentinos es desertar en el combate de la vida, abriendo las puertas a pillos y truhanes a diferencia de otros países que como Brasil se han propuesto en estimular el desarrollo de su pueblo a través de la educación y el conocimiento, promoviendo además la inmigración de extranjeros calificados todo ello con el fin de conseguir el bienestar general de la población desterrando la malicia que implica el narcotráfico, la trata y la corrupción.
Hoy ante la relevancia de tanta desdicha que se ha instalado en una sociedad de hombres mansos con intención de quedarse, es absolutamente necesario que se cambie de rumbo, que de una vez por todas los gobernantes cumplan estrictamente el mandato asumido al tiempo de ser elegidos con rigurosa seriedad, cumpliendo con su deber. |