En el diario Río Negro del 26/12/2012 pág. 19 bajo el título "La propiedad es un robo" el periodista Abelardo F. Laría en uno de los párrafos de su nota de opinión sostiene "Desde el gobierno de Cristina Fernández, quien considera que basta un simple decreto para confiscar propiedades, hasta los adolescentes de barrios carenciados que saquean locales comerciales, todos parecen suscribir el mismo desprecio que sentían los anarquistas por los derechos de propiedad. Un mismo hilo conductor permite relacionar ambos fenómenos: el convencimiento de que todos están moralmente legitimados para apartarse de los límites establecidos por la ley".
Ese habitual, cotidiano, apartamiento de los límites establecidos por la ley, hoy es ejercido impunemente por los amigos de lo ajeno, en tanto la prevención del saqueo, no sólo de supermercados, sino de las viviendas particulares y negocios, es una ausencia rigurosa ante la falta de personal policial y de móviles en cualquier lugar de la desprotegida provincia del Neuquén.
La inseguridad absoluta ha llegado para quedarse y los cacos aprovechan de la zona liberada, por falta de presupuesto y de políticas preventivas del delito, en plenitud e impúdicamente sin que las autoridades encargadas del resguardo de personas y bienes, esto es policía y justicia, brinden la respuesta que espera la población esto es se prevenga el robo, y no lográndose se detenga a los delincuentes y se recuperen los bienes sustraídos.
Como sucede en Zapala, y todo el interior neuquino con carácter preferente, pues el gobierno provincial sólo se acuerda que hay habitantes más allá de la estricta ciudad capital a merced de los malvivientes, que habitan un puñado de ciudades absolutamente desprotegidas cuando tiene que designar la capital del fracking, intensificar la explotación no convencional del petróleo, esto es contaminar el medio ambiente y envenenar a su gente o instala alguna sala de juego que se encargue de esquilmar a los ciudadanos de esos pueblos mansos.
La omisión en materia de seguridad en el interior neuquino no está entre las prioridades del Estado y ello constituye un acto absolutamente descalificador en todo sentido y peligroso en tanto puede ser el preludio de una situación en que la población del interior, harta de tanto abandono mientras se aprovechan por métodos reprochables de sus riquezas y se destruye su gente con los casinos, decida defender su persona y bienes sin acudir a pedir solución a instituciones que son mera escenografía, que no le dan respuesta alguna y las convierten en blancos seguros de ladrones y delincuentes de toda laya. |