Un viejo dicho consigna: "Cuando la política entra por la puerta la justicia salta por la ventana.
Lo apuntado viene a cuento a raíz del crimen de la adolescente Ángeles en el barrio de Palermo en la ciudad de Buenos Aires y algunas alternativas que lo convierten en un caso emblemático de la afirmación vertida más arriba y la enorme falta de credibilidad que se ha instalado en la sociedad respecto de la policía, la justicia y la influencia decisiva que sobre esta última ejerce el poder político en cualquier jurisdicción - nacional y provincial - con la consiguiente ausencia de inseguridad que como señalan las encuestas y ya lo expuse en otro lado alcanza el primer lugar entre los grandes temores de la gente.
Entrando en la cuestión en debate a principios de la semana que pasó desaparece al salir de gimnasia una adolescente de 16 años llamada Ángeles en circunstancias misteriosas que luego aparece muerta en el basurero no habiéndose podido determinar con certeza si la niña fue abusada sexualmente.
Luego de una serie de alternativas en la investigación resulta que la menor llegó a su casa en tanto allí estaban su mochila y sus llaves y por ello la Fiscal comienza la investigación interrogando al círculo íntimo, determinación que aparece razonable en atención a las circunstancias del caso.
Interesado en el asunto el día viernes me prendo al televisor en el justo momento en que con bombos y platillos ingreso en la fiscalía la viceministra de justicia - el vínculo político que súbditamente entra por la puerta- y luego de su ingreso aparece en escena un individuo que era llevado a declarar con la cabeza y cara ultratapada que luego resulta que era el portero del edificio -.
Se va la viceministra y luego de un período relativamente breve sale a cara descubierta - grave error pues anula cualquier identificación posterior - el portero advirtiéndose ostensibles marcas en su cara en calidad de detenido como autor del crimen.
¡Que eficacia de la justicia pensé! La extrema sagacidad de la fiscal le permitió dar con el criminal y esas marcas de la cara ,demostraban la defensa de la víctima al defenderse del ataque. ¡Caso resuelto!
O al menos eso se quiso hacer parecer pues luego me topo en el mismo canal testimonios que me dicen que el viernes antes de ser llevado ante la fiscal el portero fue secuestrado por la policía, quemado con cigarrillos, cortado, picaneado, golpeado e intimado a auto incriminarse bajo amenazas.
Sigo mirando y TN muestra una imagen del portero del miércoles 21.30 donde puede apreciarse que su cara no tenía ningún rasguño y en una actitud tranquila mirando lo que sucedía en la puerta del edificio y a metros de la policía.
La víctima ya había sido encontrada muerta y ello determina obviamente las marcas de la cara que presentaba el inesperadamente imputado portero debieron el viernes al salir esposado de la fiscalía debieron originarse en un hecho posterior, es decir que ahora aparecían creíbles los apremios ilegales denunciados por varios testigos.
Aquí empiezo a relacionar la presencia de la viceministra - política que entra por la puerta - el cambio brusco en la investigación que de la familia pasa a un portero golpeado y confeso y allí toda la sagacidad de la Fiscal desaparece.
Como en otros casos, Candela, tragedias de Once y la reciente de Castelar nuevamente la sospecha que la política en tiempos de elecciones tratando de resolver un asunto complejo en un tiempo breve y en circunstancias plenas de datos que van a rodear de sospecha la investigación cualquiera sea el resultado ha metido la mano.
Lo dicho cuando la política entra por la puerta la justicia salta por la ventana. |
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