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Escrito por hector luis manchini  
Jueves, 17 de Abril de 2014 15:54

ludopataHace unos día alguien destacó entre los grandes dramas sociales argentinos además del trafico de estupefacientes y la trata de personas a la ludopatía o adicción al juego que en los hechos genera tantas víctimas terminales, tanta disolución familiar como el narcotráfico y la trata.

La ludopatía o adicción al juego comienza a difundirse en el país como grave enfermedad que afecta a toda la sociedad a partir de la autorización otorgada, durante el gobierno del ex presidente Carlos Menem, para instalar casinos, salas de juegos, de manera indiscriminada en todo el país.

En realidad más que casinos se pusieron en funcionamiento lo que denomino "Cuevas de tragamonedas", que en su mayoría están abiertas las 24 horas y desde su instalación además de dar jugosos dividendos a sus dueños, destruyeron las comunidades en donde se han asentado en tanto han multiplicado los individuos que pasan días enteros colocando fichas en las máquinas lúdicas, de manera compulsiva, obsesivamente, hasta terminar perdiendo todos sus recursos y enajenando su patrimonio, de ser menester, pues como sucede con el alcohólico patológico, el ludópata no puede poner límite a su acción.

Así el jugador convertido en un adicto al juego, pierde no sólo su patrimonio sino su trabajo, su familia, se convierte en un marginado, con el agravante que no hay otro tratamiento para curar su afección que dejar de jugar cosa que no puede hacer.

Lo expuesto provoca que el adicto llegado al límite, sin recursos, ni trabajo, sin familia o amigos, alcance una situación sin salida y acuda a decisiones extremas. Esto es robar para conseguir los medios que satisfagan el demonio lúdico que no puede controlar y demasiadas veces el suicidio es el fatal escape.

Es una situación gravísima que requiere de la indispensable intervención del gpboerno para revertir la situación quien debe implementar medidas efectivas para - al menos - poner límites al juego que provoca adicción.

En nuestro país, la provincia de Córdoba mediante la ley 6393 prohibió conforme el articulo 1ero de la norma citada la instalación de establecimientos donde funcionen tragamonedas sin excepción alguna. Ello pues se ha conseguido determinar que la causa de la enfermedad está en esas máquinas automáticas, que otorgan revancha inmediata a la rigurosa pérdida del jugador, una y otra vez, llevando a la compulsión irrefrenable.

Esa sería la decisión correcta a adoptar en todo el país pero la resistencia de las autoridades se sustenta en que son una inapreciable fuentes de recursos no sólo para el erario público sino también para funcionarios inescrupulosos que obtienen beneficios inconfesables .

En cualquier caso y para paliar el desastre social que han generado los casinos, sería importante que se implemente una limitación al horario de las salas de juego apareciendo adecuado que el mismo se extendiera desde las 20:00 hs hasta las 06:00 hs, lo cual eliminaría las múltiples posibilidades de juegos ocasionales o al paso cuando el jugador/a se dirige a hacer compras, o toma rumbo al banco a pagar los impuestos, o durante la tarde cuando el aburrimiento suele hacerse presente en el ánimo del adicto.

Otra sugerencia esta determinada por la inscripción del ludópata en un registro - como se hace en Alemania - que se lleva en el municipio y se hace llegar los datos personales del adicto a los casinos de la ciudad. Nadie podría ingresar al casino sin exhibir su DNI y así la persona registrada tendría vedado el acceso a las salas de juego pues al figurar en el registro el ingreso le estará impedido. Si el casino, no obstante ello, permite la entrada de la persona afectada por la adicción, deberá pagar una indemnización equivalente al doble de lo que el ludópata haya perdido.

Como se indicó estas propuestas sin duda eliminarían o al menos mitigarían los efectos dañinos del juego que crea adicción, pero para que se concreten es necesario una decidida y relevante acción de las autoridades pertinentes. Los poderes ejecutivos y legislativos, en cualquiera de los niveles, deben actuar con rapidez y sin excusas para resolver un problema.

No obstante la gravedad que implica la ludopatía o adicción al juego las graves secuelas que genera en la víctima y su familia no escuche a ningún candidato a las elecciones del año del 2015 proponer medidas eficaces para erradicar las salas de juego o mitigar sus perniciosos efectos, como si ese dinero obtenido a costa de la salud de la gente y la familia tuviera un atractivo para los políticos en general.

Ello es así porque en verdad es una fuente de recursos personales trascendentes para los gobernantes y funcionarios relacionados, tropelía que debe acabar si tenemos en cuenta que antes del menemismo que dio vía libre a los casinos y tragamonedas, el país, las provincias y los municipios no necesitaban de ese nefasto tributo para tener en orden las cuentas públicas.

Sin duda que aquel que se anime a erradicar o mitigar este flagelo, lo agende en las propuestas de su campaña, contará con el reconocimiento de la sociedad y obviamente con su voto.

Última actualización el Domingo, 27 de Septiembre de 2020 09:09