Con fecha 30 de Mayo del 2014 el Papa Francisco hizo llegar al Presidente del XIX Congreso Internacional de la Asociación Internacional de Derecho Penal y del III Congreso de la Asociación Latinoamericana de Derecho Penal y Criminología, una nota en la que formula una serie de consideraciones sorprendentemente inadecuadas e insólitas teniendo en cuenta que son realizadas por el titular del Estado Vaticano, respecto del crimen y los criminales, angelizando a los delincuentes, en el justo momento en que Latinoamérica en general y Argentina en particular es abrumada por delitos de todos los tipos, esto es asesinatos, violaciones robos, trata de personas, narcotráfico, homicidios en ocasión de robo, etc., emergencia que exige una política criminal rigurosa que logre atenuar este desatino de violencia, droga y muerte.

La carta en cuestión, difundida por todos los medios como "Carta del Papa Francisco a Zaffaroni", es un conjunto de argumentos de apoyo y acompañamientos al victimario con un curioso olvido por Su Santidad del inmenso sufrimiento de miles de víctimas inocentes, de familias destrozadas, del fin dela paz del hombre de a pie que vive inmerso en el temor cotidiano de que hoy el tiro del final le toque a el o a sus seres queridos mientras que los criminales delinquen en la más absoluta impunidad.

En verdad los preceptos que el Papa declama con particular énfasis aparecen como desafortunadas afirmaciones en tiempos en que los criminales actúan impiadosos, matan y violan por nada, locos por la droga, haciendo trizas la esperanza de Paz que Su Santidad pregona con esfuerzo.

Por lo dicho entiendo -respetuosamente - que: Es improcedente que el Papa como titular del Estado Vaticano tienda a angelizar a criminales que destruyen la sociedad argentina, es insólito que se olvide del sufrimiento inmenso de las víctimas de crímenes horrendos que no tendrán ninguna oportunidad, que inste a juzgar con la Biblia a los criminales que han destruido infinidad de familias argentinas, que mande que los jueces se limiten a decir al criminal "Vete y en adelante no mates, no violes, no robes más", justifique al criminal atosigado por problemas económicos y sociales que lo llevan a delinquir, avale la acción criminal afirmando que todos somos pecadores y como tales podemos llegar a cometer un ilícito penal, sostenga que los delitos no se resuelven cuando se atrapa y condena al delincuente, auspicie que se acompañe y sostenga a quienes sucumben bajo el peso del pecado y del mal, propugne la institucionalización del perdón como reparación suficiente hasta del crimen más atroz, proponga la reducción y hasta la eliminación de las penas a los que cada día no dejan de matar o violar, reclame se deje de perseguir a los culpables cuando la sociedad está acosada por criminales sin piedad, pida liberar a los cautivos.

El Papa Francisco realiza las consideraciones expuestas en su nota en su nombre y en el de todas la personas de buena voluntad, yo me creo una de ellas y de ninguna manera acepto que este sea un buen momento para alentar ante la agresión poner la otra mejilla, pues es una condena a muerte segura y mucho menos dejar en libertad a los criminales, desistir de su persecución, capturarlos y aplicarles la pena que la ley de los hombres contempla para el caso en el Código Penal.