La decisión del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires, avalada por el funcionario de igual jerarquía y área a nivel Nación, de eliminar el 1, 2 y 3 como notas que indiquen que un alumno ha sido aplazado y considerar tal calificación cuando se obtenga 4, 5 o 6 con la excusa que notas inferiores estigmatizan al educando, en realidad es una muestra más del facilismo que se ha acentuado en la última década ya que de la manera indicada obteniendo un 10 o un 8 -según los casos- se llega al mínimo de 7 puntos con los cuales se aprueba la asignatura pendiente sin mayores sobresaltos, suficiente una noche de insomnio para conseguir la nota precisa sin necesidad de perder horas valiosas que pueden dedicarse al ocio improductivo en el que está inmerso la niñez y la adolescencia en Argentina.
Lo expuesto en el párrafo precedente no es más que una expresión formal de la famosa viveza criolla que se ha generalizado con múltiples planes que te premian por no trabajar, por la natalidad precoz, por no haber aportado un peso en una vida de vagancia y no obstante obtener un beneficio jubilatorio que te pagan los tontos compatriotas que se han roto el lomo trabajando de sol a sol y de cuyos haberes les fue descontado la cuota pertinente para cobrar su beneficio previsional y ahora también el tuyo, etc.
La viveza criolla es una institución en Argentina a tal punto que la encontramos definida y descripta en antologías, libros y hasta en internet, destacándose en todos los casos que es una manera de ver la vida acortando caminos, evitando sacrificios y privaciones, adoptando atajos, acudiendo al amigo funcionario para obtener ese empleo que vos, inepto total, jamás conseguirías pero que tu condición de aplaudidor compulsivo hace que se abran todas las puertas que se cierran al otro de mente brillante amigo de la austeridad y el esfuerzo pero que piensa distinto.
Así las cosas la viveza criolla es una especial filosofía de vida, de querer siempre obtener alguna ventaja, de ansiar la línea de mínima resistencia y mayor comodidad, la que se extiende en todos los niveles socioeconómicos, priorizándose este aspecto respecto de cuestiones éticas, morales, y de principios, destacando que tal actitud se inserta en países donde impera una notoria corrupción política y administrativa, más o menos extendida en todas las instituciones nacionales, y bajo muy diversos aspectos, y entre otros, apropiación de fondos públicos por parte de funcionarios y jerarcas deshonestos, favoritismos de todo tipo, mala administración de recursos estatales, atención de cuestiones personales y familiares desde los propios puestos de trabajo, etc. y donde es hábito generalizado culpar a los otros y/o a las circunstancias como forma de disimular los propios errores (ver sobre el Punto Viveza Criolla en Wilkipedia).
Algunos dicen que es una de las causas principales de la profunda crisis política, social, y económica, que soporta actualmente la Argentina, y que se remonta al menos a la última década así Marcos Aguinis, “La viveza criolla, una tragedia argentina: La cáustica picardía"; Osvaldo Teodoro Hepp, “La viveza criolla, una tragedia argentina: 'Picardía y viveza criolla'”; “La Viveza Criolla: Cómo ser vivo sin ser inteligente”, sitio digital “Como ser feliz en Argentina” del 1 de enero de 2010.
Para concluir sólo agrego que la Viveza Criolla es la forma de ser, la filosofía de vida que nos identifica en el mundo, y que por su carácter ventajero y arribista nos ha otorgado la falta de confianza e incredulidad a nuestros dichos y hechos en todos los ámbitos y si algo faltaba para intensificar el descrédito que nos hemos sabido conseguir el desacato al fallo del juez Thomas Griesa institucionalizado en la novísima ley de pago soberano constituye sin duda la frutilla del postre. |