Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE)" Ocuparse" significa : "Preocuparse por una persona prestándole atención,... asumir la responsabilidad de un asunto encargándose de él".
Lo expuesto en párrafo anterior me conduce a afirmar que en atención a los resultados de las respectivas gestiones, los gobiernos nacional y provinciales no se han ocupado de las necesidades del pueblo ni han actuado responsablemente en la atención de los asuntos de Estado, no se han encargado de la cosa pública ni asumido las obligaciones que resultan de la función y por ello tanta negligencia nos ha conducido al malestar general de la gente y al descrédito internacional.
El gobierno de cualquier jurisdicción no se ha ocupado del hombre de a pie que vive abrumado por la inseguridad, la falta de empleo, de ausencia de salud y educación, sin un techo donde refugiarse con su familia, sometido a la voluntad caprichosa de aquellos a los que delegó su poder soberano, tratado en muchos casos - como sucede en Formosa, Santiago del Estero, el conurbano bonaerense, etc - como esclavo condenado a obedecer sin chistar, sin atreverse a clamar por los derechos y garantías que le asegura la Constitución Nacional, como la igualdad, la propiedad, el debido proceso legal, la justicia hoy tan parcial, excepcionalmente independiente.
Aquí corresponde destacar que "Ocuparse" del pueblo que los eligió al tiempo del voto, que le delegó su poder soberano es el primer y principal deber del gobernante pues no tiene otra justificación su designación que satisfacer las necesidades del hombre común que lo honró con el cargo que ocupa y dirigir al Estado hacia un destino de grandeza y confianza en concierto de las naciones.
Tal obligación primigenia ha sido manifiestamente obviada, el 40 % del pueblo vive en la pobreza o indigencia, circunstancia que se va acrecentando aceleradamente con una inflación galopante que hace trizas cualquier salario y más aún los ingresos ocasionales por changas puntuales que obtiene aquel que ha ingresado a las filas de la desocupación, remarcándose por otro lado que la falta de cumplimiento de lo debido, la ausencia de una política internacional seria, ha generado que hacia el exterior nos hayamos convertido en una nación no confiable.
Obviamente la situación debe cambiar si queremos que el pueblo viva con paz y trabajo y retorne la credibilidad internacional y para ello el gobierno - el de hoy o el que lo sucede - debe actuar en ese sentido ocupándose rigurosa y responsablemente del bienestar del ciudadano y de los asuntos de Estado es todas sus áreas. |