Como cada mañana a poco de despertar prendo la compu y hago un rápido recorrido por la web por esa manía de enterarme como está todo, a poco de andar me topo con la portada del diario Río Negro On Line de este 25/09/2014 que en cuatro títulos me dice de esta locura de violencia y muerte en que estamos inmersos.
A la izquierda de la pantalla se informa que “Policía mató a joven que habría intentado robarle la moto en Roca”, a la derecha tres noticias destacan “Joven apuñalado en el Parque Central en Neuquén”, “Matan a un Joven en Centenario”, “Neuquén: Una pareja cometió dos homicidios en 72 horas”.
Abrumador pero cierto, evidentemente la vida no vale nada, se abandonó la palabra como elemento de resolver diferendos para pasar directamente a la acción, la furia, la intolerancia la ira, el desprecio por el otro nos ha llevado a este infierno que asusta y conmueve cada día de este tiempo desafortunado.
Esta portada es suficiente para impulsar a las autoridades encargadas de la prevención del delito, al Juzgado de delitos Violentos contra las Personas, a Fiscales, a fuerzas de seguridad, a revisar sus normas porque si como decía Aristóteles “La verdad es la única realidad”, los hechos narrados muestran ostensiblemente que ya no sirven para contener la acción criminal que hoy desborda cualquier estructura institucional que exista sobre la materia.
Las calles se han convertido en un campo de batalla y los ciudadanos somos blancos móviles de los violentos que nos asesinan sin que sea necesario la existencia de motivo alguno que provoque el crimen.
Nada es casual, los funcionarios especializados en estudiar los comportamientos de los individuos interactuando en sociedad deben determinar con seriedad, rigurosamente, las causas profundas que nos han llevado a este caos brutal, a esta absoluta negación de la vida del otro, y adoptar las medidas que sean menester para que esta ola fatal se detenga, retroceda, volvamos a la normalidad o en su defecto involucionaremos y la regla “Ojo por ojo y diente por diente” se impondrá como expresión dramática de la justicia por mano propia.
Más policías resguardando la vida de las personas, más rigurosidad en la aplicación de las penas, que la seguridad y la justicia asuman finalmente el rol que les corresponde, que basta de palabras, de falsos garantismos, de dogmas exitosos en Suecia o Noruega donde el crimen está ausente en la vida diaria de los ciudadanos y ajustar las reglas de convivencia y sanción a una realidad donde los delitos atroces se han hecho hábito, donde la vida del hombre común se juega cada jornada en una brutal ruleta rusa y hoy la caprichosa bala te puede tocar a vos. |