El diario La Nación on line del 11 de diciembre del 2007 bajo el título bajo el título "El hombre que abusó de sus dos nietas condenado a 9 años y 6 meses de prisión" informa: "Un hombre que abusó de sus dos nietas de 7 y 9 años de edad fue condenado a 9 años y seis meses de prisión por la Cámara Penal III de la provincia de Catamarca....Según el expediente al que pudo acceder Télam", "los aberrantes hechos ocurrieron entre 2007 y 2012, cuando las menores tenían 7 años de edad, en momentos que no estaba la madre y quedaban en guarda de su abuelo".
La condena aplicada al autor de las violaciones no es nada en comparación con la muerte del alma padecida por las niñas que en principio aparece irreparable, sus vidas serán duras, seguramente sabrán de la anhedonia - incapacidad de disfrute - e intentarán, con dificultades, ocultar para siempre la agresión brutal y por ello propongo que en los casos de abusos de cualquier clase se decrete en la sentencia y en favor de la víctima un tratamiento de contención, reparación, que permita a las víctimas una cierta luz de esperanza, seguir con sus vidas sin fantasmas, con la ayuda de un equipo de profesionales especializados que deberán- seriamente -seguir el caso todo el tiempo que sea necesario.
La muerte del alma no son palabras en los casos de abusos, es una realidad que debe ser atendida por el Estado y asunto del cual la sociedad debe tomar conocimiento y adoptar las medidas de resguardo y prevención que sea menester para que las mentadas atrocidades dejen de ser y en su caso contener con ternura a quien padeció el ultraje, haciéndole saber que ahí hay una mano con la que puede contar, que es un ser maravilloso, que sólo fue una pesadilla, un mal sueño que se ha desvanecido, que nunca más será, que la vida volverá a ser bella y ella una protagonista esencial, que infinitas personas la piensan para compartir una realidad sin grises, plena de sol y celeste cielo |