Desde el mismo instante de la invasión de Putin a Ucrania la mentira estuvo permanentemente presente.
Alegando que el objetivo de la campaña militar era la «…desmilitarización y desnazificación de Ucrania, así como en llevar ante los tribunales a quienes cometieron diversos crímenes sangrientos contra civiles, incluidos algunos ciudadanos de la Federación Rusa» también se destacó que la operación no incluía la ocupación territorial.
Obviamente esa no era la intención, por el contrario, con bombas y misiles se destruyó hospitales, escuelas, edificios residenciales ensañándose particularmente con la ciudad de Bucha donde se comprobó que el 95% de las personas fueron abatidas con fusiles de alta precisión u otras armas ligeras, durante la ocupación se disparaba a la gente por las calles, se torturó, se violó e incluso existen grabaciones de los crímenes aberrantes cometidos por los soldados rusos.
Los habitantes de Bucha enterraron ellos mismos a las victimas asegurando el alcalde de la ciudad que se habían encontrado más de 400 cuerpos tras la salida de las tropas rusas.
La matanza y la comisión de todos los crímenes de guerra imaginables fue premiada por Vladimir Putin otorgándole a la Brigada 64 -integrada por los soldados que llevaron a cabo tal brutal exterminio- un título honorífico ensalzando su «heroísmo» que llevó la denominación «Guardia».
Esto es premiando con honores a un puñado de asesinos de hombres, mujeres y niños inocentes.
Imagen de Butcher of Bucha | Cartoon Movement |