En el diario Río Negro del 23/08/2024 pág. 8 se pone de manifiesto que a principio de mayo el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, junto el mandatario de la provincia de Neuquén, Rolando Figueroa, presentaron un proyecto de provincialización de las rutas 22, 151, 231 y 242 a los fines que los estados locales se hagan cargo de la reparación de las mencionadas vías en tanto el mal estado en que se encuentran genera múltiples accidentes, muchas veces fatales y que en los hechos hacen de difícil cumplimiento el derecho a transitar o circular libremente en el interior del país, tal como lo prescribe el art. 14 de la C.N. según el cúal: «Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio: a saber … de transitar el territorio argentino»

Si bien como lo indica la jurisprudencia sobre el punto los derechos previstos en el artículo enunciados no son absolutos sino relativos, ello no significa que se mantengan en condiciones deplorables al punto que el gobernador de Río Negro calificó a las vías indicadas, que «se encuentran en un estado de caos, un desastre».

Como ejemplo destacamos que en los 4 días de nevadas intermitentes y abundantes donde la calzada de los caminos se convirtió en una trampa mortal por el hielo, la nieve y los profundos pozos que adornan las sendas asfálticas cuya provincialización se pretende sino en general cualquier senda que sea jurisdicción de alguna de las dos provincias, remarcando que no es una apreciación subjetiva sino daños objetivos que ha generado por ejemplo la suspensión del tránsito entre Cutral Co y Zapala.

Ampliando lo expuesto pongo de manifiesto que las rutas precitadas, que por los años 80 se encontraban en precario estado de circulación a la fecha están prácticamente abandonadas para que cumplan normalmente su función sin riesgo para automóviles, micros de larga distancia y camiones de gran porte, todo lo cual deja a la vista una situación que se debe resolver con urgencia, sea por la Nación o por las provincias, pues no es concebible la cantidad de accidentes con heridos y muertos que suceden en las vías de circulación a las que nos hemos referido más arriba.

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