Con fecha 3 de abril del 2011 en carta de lectores del diario Río Negro, Laura Carolina Barrera, DNI 27.238.205, de Neuquén, bajo el título: "Hagan algo antes que la gente muera de sed en Rincón de los Sauces" culminando su reclamo suplica: "Por favor, que alguien haga algo (además de proselitismo) antes de que esta gente se muera de sed".
Así me llama poderosamente la atención, las acciones de presión llevadas a cabo por la UOCRA local de tal relevancia que las empresas contratistas de la compañía minera Vale mudaron a más de 500 empleados que vivían en Rincón de los Sauces y que fueron acomodados en Catriel y 25 de Mayo, con lo cual se perjudicó ostensiblemente a los comerciantes y vecinos de Rincón ya que los empleados desplazados aportaban un movimiento económico de más de siete millones de pesos. El delegado de la UOCRA, Juan Godoy dijo: "... un allegado y mano derecha del gobernador nos pidió que no aflojemos con las medidas ya que la provincia y Vale ya no tienen buena relación aparentemente VALE no quiere poner los 100 millones de pesos que la provincia les exige para atender la ola de familias que vendrían a Rincón a vivir" (diario Río Negro, 5/04/2011, pagina 7).
Aquí la pregunta obligada ¿en un pueblo en el medio del desierto neuquino, pleno de carencias, sin viviendas y la sed que abruma la garganta de cada uno de sus habitantes, de donde viene la ola de habitantes que anuncia el Sr. Juan Godoy y que justificaría los cien millones de pesos que exige la provincia?
Simplemente como anécdota cuento mi propia experiencia: Llegué a la provincia en el año 1980, Neuquén era una tierra en pleno desarrollo, accedían entre tres y cuatro familias a asentarse en este suelo generoso, en el aviso por el cual me presenté al concurso pertinente para acceder al cargo de Secretario en la Justicia como "aliento" a conseguir profesionales idóneos se ofrecía por el Estado Provincial no sólo un sueldo razonable sino también una vivienda y los beneficios que en ese entonces otorgaba el ISSN, que actualmente son nulos en su integridad y quizás en un futuro no muy lejano los viejos jubilados como yo, tendremos que acceder a la reducción de nuestros haberes en la caja que nos quiera acoger.
Siendo así estoy absolutamente seguro que nadie va a darle al Sr. Godoy, al Gobernador o a quien sea cien millones de pesos para atender a una fantasiosa ola de familias que seguramente, si tienen acceso a unos pocos pesos marcharan al extranjero.
El planteo que se formula es increíble y por eso mi certeza absoluta, como siempre digo que los habitantes del interior neuquino, al ritmo que impone el gobierno y los que vendrán cualquiera sea la orientación política que ostenten serán como decía el ilustre jurista y escritor Juan Bautista Alberdi "... almas errantes en la soledad del desierto" (Juan B. Alberdi, Obras Selectas). |