Que con fecha 26 de septiembre de 2011 en el diario Rio Negro Online bajo el titulo “Neuquén: crece la cantidad de población adulta” se indica que bajo la tasa de crecimiento que da cuenta de habitantes nuevos que llegan a la provincia la cual pasó del 48 al 18 por mil en treinta años poniendo de manifiesto que el censo detectó más incidencia de los mayores de 65 años, agregando que: “Los datos del censo 2010 dejaron en claro que Neuquén esta lejos de ser aquella provincia imán que todos los días recibía la invariable llegada de nuevos pobladores que migraban del resto del país y Chile, un fenómeno que principalmente tuvo lugar entre 1970 y 1990. A esa verdadera ola migratoria la sucede hoy un ritmo de crecimiento mesurado, que incluso coloca la provincia por debajo del promedio de la Patagonia, un fenómeno al que se añade un aumento en el numero de pobladores de mayor edad”, agregando que faltan datos para determinar por qué se ha dado esta ostensible disminución en el asentamiento de nuevos pobladores en la provincia del Neuquén.

El que firma llegó a la provincia en plena oleada migratoria, remarcando que en ese momento existía una política demográfica consecuente con las ideas de Alberdi en el sentido de que la única manera de derrotar al desierto era poblándolo, se estimulaba el acceso de corrientes migratorias a la provincia del Neuquén (particularmente a su interior) ofreciendo un par de beneficios que eran sumamente atractivos a pesar que las retribuciones en cada caso eran magras y que se relacionaban por un lado con el otorgamiento de una vivienda institucional y por el otro con una plena cobertura en todos los campos del Instituto de Seguridad Social de Neuquén circunstancia que permitió el asentamiento en 11 años de 144.983 pobladores nuevos (ver nota Río Negro citada), la mayoría de ellos en edad de plena actividad o producción esto es no eran ni ancianos ni niños, sino jóvenes o adultos con plena capacidad productiva, circunstancia que motivo un particular crecimiento del Estado aunque en los años posteriores a 1990, el abandono de estas políticas demográficas fueron provocando un estancamiento paulatino que ha sido uno de los elementos para llegar al estado de desertificación que luce la provincia de Neuquén, particularmente en el interior de la misma.

Esto se ha generado como se ha dicho por haber dejado de lado políticas aptas para combatir el desierto. Sobre el particular Juan B. Alberdi decía: “La política que mejor sirve al desierto es la que sirve para hacerlo desaparecer; la que sirve para hacer que el desierto deje de serlo en el menor tiempo posible y se convierta en una región poblada. Por ahora y por muchos años hay que darle a ese solitario y abandonado territorio la población de que necesita como instrumento fundamental de su desarrollo y progreso, comprendiendo que en el desierto el gobierno no tiene otro fin serio y urgente que el de poblarlo a gran prisa. La población en todas partes, y especialmente en América, forma la substancia en torno de la cual se realizan y desenvuelven todos los fenómenos de la economía social. Por ella y para ella es que todo se agita y realiza en el mundo de los hechos económicos. Principal instrumento de la producción, cede en su beneficio la distribución de la riqueza nacional. La población es el fin y es el medio al mismo tiempo. En este sentido, la ciencia económica, según la palabra de uno de sus grandes órganos pudiera reasumirse entera en la ciencia de la población, por lo menos ella constituye su principio y fin y es por ello que en América, gobernar es poblar” (Juan B. Alberdi, Obras selectas).

El principal motivo para que cualquier Estado Nacional o Provincial disminuya tan ostensiblemente la población que migra hacia su territorio es obviamente la falta de estimulo para tal circunstancia.

Así como dije más arriba a simple titulo de ejemplo señalo que cuando se integro absolutamente las secretarias de los Juzgados Civil y Penal de Zapala se concursaron cuatro vacantes que con una retribución austera, en los concursos pertinentes se ofrecía como ya se dijo vivienda y los beneficios integrales que en ese momento ofrecía el ISSN. Luego de la selección quedamos cuatro secretarios que llegamos de distintos puntos del país (Bolivar, Junín, Bahía Blanca y Buenos Aires) los cuales formamos nuestras respectivas familias, que se consolidaron en el interior neuquino.

Estas posibilidades hoy no existen. No hay trabajo y menos estímulos de alguna naturaleza. Por una política equivocada las casas institucionales fueron vendidas y hoy no hay manera de atraer a nadie de extraña jurisdicción para acceder a los cargos vacantes ya sea en la justicia, policía, recursos naturales, minería, etc.

Lo expuesto ut supra tiene más relevancia que la simple anécdota que traduce los hechos narrados y me atrevo a afirmar que en el supuesto de que no se proyecte una política demográfica tendiente a superar la falta de población en edad de producir, el desierto triunfará definitivamente sobre la provincia del Neuquén, atosigándose sus habitantes en las tomas que rodean el centro urbano de la ciudad capital y el interior por lo dicho, las secuelas de las cenizas del volcán Puyehue, etc. circunstancias que determinaran como ya lo he señalado más de una vez citando a Alberdi, que aquellos que sobrevivan serán solo sombras, o como decía el gran jurista autor del Código Civil Argentino “almas errantes en la soledad del desierto”, esto es pobladores del interior neuquino.