La legisladora rionegrina Magdalena Odarda acaba de presentar un proyecto de ley tendiente a proteger el agua en todo tipo de explotaciones mineras que utilicen sustancias contaminantes como el mercurio o el cianuro teniendo como mira evitar la contaminación de medio ambiente y la salud de la población. Entre múltiples datos pone de manifiesto que "...el Parlamento Europeo solicitó recientemente a la Comisión de la Unión Europea que proponga la prohibición completa del uso de las tecnologías mineras a base de cianuro en la Unión Europea antes de finales del 2011, puesto que es la única forma segura de proteger nuestros recursos hídricos y ecosistemas de la contaminación" (Diario Río Negro del 6/2/2012, pág. 13).
En el mismo trabajo se indica que en los países más desarrollados de Europa que utilizan en la actividad minera en general sustancias contaminantes se han registrado luego de veinticinco años de explotación más de treinta accidentes con vertido constatados, no obstante su alto desarrollo en medidas de prevención. Por análogas razones y con los mismos objetivos Francia ha prohibido absolutamente el fracking que con gran entusiasmo se pretende desarrollar sin límite ni medida en la Provincia del Neuquén. Lo expuesto quiere destacar que siendo el agua potable un bien limitado en la naturaleza, esencial a la vida del hombre, es irracional provocar su contaminación utilizando sustancias tóxicas como sucede en el fracking - tal como lo han comprendido los países más desarrollados del mundo - al menos sin adoptar las medidas que aseguren la no contaminación del agua y el medio ambiente en general. Esto es cualquier explotación de oro, gas, petróleo o lo que sea debe llevarse a cabo con rigurosidad tal, que garantice cero (0) contaminación. Llegado a este punto me pregunto que garantía de este tipo pueden brindar empresas y gobiernos que no aseguran la mejor transitabildad para llegar a la ciudad que es sinónimo de explotación petrolera en la provincia del Neuquén, esto es Rincón de los Sauces. En efecto, bajo el título "Los costos ocultos de viajar a Rincón" (diario citado, pág. 10) leo:”...la ciudad que es ícono de la producción petrolera de la provincia no tiene una comunicación vial asegurada: las rutas 7 y 5 tienen sectores de ripio que complican la circulación". Entre los obstáculos precitados se cita que la firma de transporte que se ocupa del traslado de pasajeros y carga entre Neuquén y Rincón de Los Sauces debe cambiar al menos un parabrisas por día, la dificultad que implica que en el ingreso a Rincón hay unos diez kilómetros de tierra ¡¡¡Que nunca fueron pavimentados!!!, que cuando llueve se inundan los cañadones y hay que esperar o buscar caminos alternativos que están en peores condiciones...el año pasado un vehículo quedó varado en el agua y la fuerza de la corriente abrió el guardaequipajes y el agua se llevó las valijas. Estas empresas y este gobierno, que impulsa explotaciones altamente contaminantes, si no han podido luego de años mantener en estado de transitabilidad el acceso a Rincón, no tienen ninguna confiabilidad para asegurar el riguroso control que exige la explotación del gas, petróleo, etc. y ahora el potasio (Se multiplicaron los pedidos de terrenos para viviendas ante esta nueva alternativa). En suma lo expuesto marca un notable desprecio por el bienestar de la gente por parte de empresas y gobierno y no garantizan de manera alguna la explotación segura de los recursos del subsuelo sin contaminar el agua que en Rincón escasea dramáticamente, ni provocar la máxima desertificación, sin hablar de la seria sospecha de ser la explotación con controles ligeros determinante del primer lugar que ocupa la provincia de Neuquén en las muertes por cáncer. Es una idea que no repara en nuestros hijos, en nuestros nietos, en el bienestar general, sólo en el enriquecimiento de unos pocos a costa de la existencia misma del Neuquén.
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