Hace muchos años participé de un concurso literario organizado por la Municipalidad de Zapala con un ensayo que llevaba por título "La población de la provincia del Neuquén", que recibió una mención especial por parte del jurado y donde exponía la necesidad de revertir urgentemente la política desarrollada por el gobierno provincial y en virtud de la cual se tendía a centrar el grueso de las actividades en la ciudad capital mientras el interior aparecía postergado, despoblado y con escasas alternativas de trabajo que alentara el asentamiento de familias en ciudades como Cutral - Co, Plaza - Huincul, Zapala, Junín de los Andes, San Martín y Villa la Angostura, reclamando además el apoyo de la Nación mediante emprendimientos tendientes al desarrollo de ese inmenso territorio desértico.
Paulatinamente la situación fue empeorando particularmente cuando se decidió el levantamiento del tren "Estrella del Valle" que unía Buenos Aires con Zapala y que constituía un factor sustancial para el intercambio comercial con las grandes urbes, el crecimiento sostenido de los pueblos ubicados más allá de Neuquén Capital, la desaparición de YPF y Gas del Estado, el desvío del tránsito por la ruta que une directamente Neuquén con Bariloche, el abandono del mantenimiento de la ruta tradicional que iba comunicando los distintos pueblos del interior, la ausencia absoluta de inversiones del Estado que generó el levantamiento de establecimientos de provisión de alimentos, carga de combustible y prestación de los servicios más variados determinando un inmenso vacío lleno de nada entre Zapala y Junín de Los Andes.
Así en los treinta tres años que vivo en el interior neuquino el pretencioso proyecto de desarrollo y crecimiento del Neuquén profundo, se convirtió en una utopía sin esperanza, en una fantasía que no coincidió jamás con la decisión de priorizar la ciudad capital y las poblaciones aledañas mientras se profundizaba el olvido de las necesidades de la gente que había cometido el atrevimiento de apostar sus vidas y su esfuerzo a ese puñado de ciudades rodeadas de desierto y viento.
Hoy la política de privilegiar a la ciudad capital del Neuquén en detrimento del desarrollo de los pueblos de interior, auspiciando la migración de sus habitantes hartos de olvido y pobreza, es ostensible, baste a título de ejemplo el reciente proyecto de modificación de la estructura del Poder Judicial en la provincia que centra toda su atención en la ciudad capital pudiendo agregarse como muestra clara de lo dicho la ausencia de hospitales con complejidad adecuada, centros de estudios con un nivel aceptable, un sistema de seguridad prácticamente inexistente, en suma el interior neuquino aparece fuera de la agenda de las autoridades y la fuga incesante del elemento humano, la ausencia de emprendimientos que generen trabajo genuino hará verdad finalmente la sentencia Alberdiana que los pocos pobladores que se resignan al frío y el viento serán almas errantes en la soledad del desierto Neuquino.
La imagen es de http://boletos.co.nr.elserver.com/FCGR-BBlanca-Zapala.htm
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