En la fría mañana zapalina me encuentro con la infortunada noticia que el micro que debía llevarme a la ciudad de Neuquén había sufrido un esperable desperfecto que impediría mi llegada a tiempo a la gran urbe para acceder a un tratamiento médico de mediana complejidad que obviamente en el interior es de realización imposible ya que la ausencia del Estado en materia de salud y la lógica falta de inversiones en el rubro por profesionales privados - nadie quiere arriesgar capital y esfuerzo para funcionar a pérdida -, ha hecho que con encomiable esfuerzo se atienda, en la única clínica con capacidad de internación y el hospital local asuntos relativamente sencillos en tanto se carece de una sala de terapia intensiva - como en todo el interior neuquino - y de especialistas, grastroenterólogos, neurólogos, psiquiatras, etc, que migraron hacia la Capital, éxodo natural en tanto el desierto se ha profundizado junto con la pobreza y por lo tanto hoy no existe interés para ramas de la ciencia médica con alguna complejidad y que habitualmente no son cubiertas por el ISSN que de ser una obra social de excelencia en los ochenta hoy luce frágil y vencida, sin capacidad de respuesta idónea al afiliado que debe conseguir efectivo de donde sea para tratar su dolencia.
Sin duda el Estado provincial ha abandonado - al menos en el Neuquén profundo - el cumplimiento de sus roles esenciales en educación, seguridad y sobre todo en salud, donde Dios está trabajando a destajo para suplir la negligencia de autoridades que apenas se enteran que hay humanos sufrientes más allá del cruce de Arroyitos.
Ni Vaca Muerta ha provocado la preocupación del gobierno provincial y así sucede que en Añelo centro que debe atender cualquier emergencia en una zona de alto riesgo, el centro de salud cuenta con dos ambulancias y tres médicos de los cuales uno hace medio turno, destacándose que los docentes apenas pueden atender sus obligaciones ya que el alto precio de los alquileres, que llega a $ 25.000 o más, provoca que se viva en ciudades cercanas desde las cuales es una aventura llegar a los lugares de trabajo por no haber medios de transportes, el alto precio de los combustibles y la pesada y peligrosa circulación de camiones de las empresas petroleras trasladando personal, equipos y materia prima.
Por otro lado la comunicación entre las distintas ciudades, pueblos y parajes del interior y de estas a la capital neuquina se agrava por falta de mantenimiento de rutas y caminos, apreciando que el 70 % de la vías siguen siendo de ripio, y la relevante escasez de transporte colectivos, nafta y gas oil a costos prohibitivos, y mil escollos más, que deberían ser de público y notorio conocimiento por los funcionarios públicos competentes.
Destaco que la omisión y el interés esta presente en cada rincón del interior profundo, que debe ser materia de atención por las autoridades so pena que se haga realidad la sentencia de Alberdi, esto es que en definitiva la falta de atención y la desidia, determine que en el interior neuquino el viento y la soledad terminen triunfando por goleada y los habitantes que no hayan podido migrar, se conviertan en almas errantes en la soledad del desierto.(Alberdi, Juan Bautista, Obras Selectas) |
Comentarios
COINCIDO TOTALMENTE CON UD.
JORGE BARBERIS
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